Bouzas se vuelca para echar a las tropas francesas antes de hacerlo el Casco Vello

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La Brincadeira puso el cartel de completo y saturó de vehículos hasta Beiramar

23 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La Reconquista de Bouzas se hizo de rogar, pero mereció la pena. Tras la suspensión de la fecha prevista inicialmente por el mal tiempo, ayer los oriundos lo cogieron con ganas y se volcaron en desalojar a las tropas francesas de su antigua villa. Por primera vez lo hacían antes que los vecinos del Casco Vello del centro de Vigo, que también tuvieron que aplazar la batalla para el próximo domingo por la misma circunstancia.

Los vecinos no solo no se anduvieron con chiquitas en tan peliaguda misión, sino que contaron con la ayuda de miles de personas que a lo largo del día se acercaron para echar una mano. De paso, pudieron degustar las tapas de pulpo que se ofrecían entre 10 y 30 euros, dependiendo del tamaño. El choripán volvió a hacer acto de presencia, como es obligado en cualquier festejo popular que se precie. Entre dos y tres euros costaba llevarse este pincho a la boca.

Entre las curiosidades gastronómicas llamaba la atención la que ofrecía un bar típico de la zona, donde se cobraba más por un ración de pantumaca (5 euros) que por una nécora (4 euros).

Más de doscientos puestos repartidos por todas las calles y plazas se mezclaban con el gentío en un ambiente lúdico que hacía olvidar el objetivo de la fiesta, nada más y nada menos que rememorar el episodio de 1809. Tampoco las vestimentas ayudaban mucho a refrescar la memoria al ser escasos los asistentes que optaron por acudir vestidos de época, menos que en otras ediciones.

Pese a que en Bouzas no existe recreación histórica como en el Casco Vello del centro, la celebración no solo se ha hecho un hueco en el calendario festivo del área de Vigo, sino que es una de las más concurridas. La mayor afluencia de público tuvo lugar en torno a mediodía, momento en el que los vehículos aparcados llegaban casi hasta las inmediaciones de Beiramar. Si estacionar un domingo cualquiera en Bouzas es más que difícil, ayer era totalmente imposible al coincidir durante la mañana el mercadillo dominical.

La Brincadeira es organizada por la asociación de vecinos, que suele llevar los preparativos con la mayor discreción. Su propagación es, sobre todo, a través del boca a boca, algo que parece no haberle ido mal, ya que desde su puesta en marcha no solo ha logrado mantenerse, sino que no ha parado de crecer. Incluso han llegado a pensar en solicitar la declaración de interés turístico.

Habitualmente el festejo se suele completar con actuaciones musicales, como en esta ocasión, que incluyó en el programa al grupo A Roda.