La tala de 128 árboles de Gran Vía genera un movimiento ciudadano en contra

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La subdelegación del Gobierno autoriza una manifestación para el 14 de abril

02 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La tala de árboles anunciada por el Concello de Vigo como parte del proyecto de reforma de la Gran Vía para la instalación de rampas mecánicas que discurrirán por el bulevar central, ha generado la oposición creciente de un grupo de vigueses que se han organizado a través de las redes sociales. El grupo creado en Facebook Salvemos la Gran Vía de Vigo se acerca al millar de miembros desde su creación hace apenas dos semanas. Desde esa plataforma se han hecho eco de una campaña de recogida de firmas lanzada en Change.org, que bajo el epígrafe: No a las rampas electrónicas de la Gran Vía de Vigo, llevaba a día de ayer cerca de dos mil apoyos.

Los impulsores de la iniciativa aclaran que «ha sido creada sin ningún fin político, somos totalmente independientes, esperamos que nadie se suba al carro, nuestra única lucha es exclusivamente en contra de las rampas. Pedimos que se respete la Gran Vía y que no destruya nuestro patrimonio».

El proyecto de Gran Vía afecta a varios temas diferentes. Por una parte, afecta a la desaparición de 128 árboles. En la planificación de la obra se recoge que los 45 camelios y 29 naranjos del bulevar deben ser trasplantados, mientras que los 41 castaños de Indias y los 13 tilos de las aceras laterales deben ser talados.

Por otra parte está la oposición a la propia rampa y la reforma de todo el entorno que implica. Y otro tema es la reubicación de la estatua de los Rederos, ya que la rampa arrancaría justo desde donde están ahora los forzudos de Ramón Conde. Beatriz García, una de las coordinadoras de la iniciativa ciudadana, explica que «a lo que estamos rotunda y mayoritariamente en contra es a la tala de los árboles, que implica la destrucción de la Gran Vía en su conjunto», explica.

El colectivo quiere que su voz se oiga también en la calle y que se sumen todas las personas que quieran. Las gestiones ya han sido realizadas y la subdelegación del Gobierno ha autorizado la protesta que se realizará el sábado, 14 de abril. Saldrá a las 13.00 horas desde plaza de España para bajar por el bulevar de Gran Vía hasta su intersección con Urzaiz. «Todo el que se acerque para apoyar la manifestación estará luchando por un objetivo, si se talan los árboles es con el fin de instalar las rampas», añaden. El colectivo fue creado con este objetivo y se disolverá «cuando empiecen las obras» o, con optimismo, si consiguen frenar el proyecto.

Por otra parte, numerosos ciudadanos, residentes y trabajadores en los aledaños de Gran Vía, taxistas, hosteleros y comerciantes, expresan su oposición colgando carteles con el lema y el lazo verde y marrón de la protesta. Los vigueses unidos en este cometido aclaran que «todo va ligado. Los árboles se talan con la intención de instalar las rampas. Todo vigués que se sume a la protesta lo hará por la Gran Vía en su conjunto, por conservar los Rederos, por que no talen los árboles y por que no instalen las rampas». Desde que se hizo pública la reforma de una de las principales arterias de la ciudad otras voces han realizado su análisis de lo que supondría. El educador medioambiental y coordinador en Vigo de Amigos de la Tierra hizo un cálculo del consumo energético del mecanismo. Aunque especifica que es muy variable, oscila entre los 7.000 y los 30.000 kilovatios hora al año. Calculando una media de ocho horas diarias de funcionamiento, un consumo de 15.000 Kwh al año y aplicando su equivalencia a emisiones de CO2, el resultado es de 6 toneladas en un solo tramo de rampas mecánicas, pero hay al menos cinco previstas entre Urzaiz y plaza de España. La cifra final se traduciría en la emisión de 30 toneladas de CO2 al año.