Maestra de Vigo y «embajadora» en Utah

Olga Suárez Chamorro
olga suárez REDACCIÓN / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Teresa Martínez vive su segunda experiencia internacional en la Norteamérica profunda

28 mar 2018 . Actualizado a las 09:49 h.

La viguesa Teresa Martínez tiene un sueño sencillo: ejercer su profesión en Galicia. Pero ese momento aún no ha llegado. Antes, tiene intención de empaparse de otras culturas y de diferentes formas de enseñanza para así sacar el máximo partido a su actividad.

El tercer año de carrera lo cursó hace dos años en Finlandia, que tiene uno de los sistemas educativos mejor valorados del mundo. Antes de regresar, decidió invertir los meses de verano en el país nórdico, donde trabajó de au pair y logró conocer mejor su cultura. Regresó a Galicia, volvió a la facultad de Santiago para terminar los estudios y este curso ha hecho las maletas de nuevo. En esta ocasión, al estado norteamericano de Utah, gracias a una beca del Amity Institute. Porque Teresa Martínez está convencida de que «una maestra no debería dejar de formarse nunca, esta profesión requiere tener siempre apetito de conocer, de explorar, de probar y, muy importante, de fallar».

Hablando sobre Galicia a alumnos de tercero en Utah
Hablando sobre Galicia a alumnos de tercero en Utah

Su «sueño americano» llegó al terminar segundo de carrera, antes incluso de embarcarse en la experiencia finesa, y lo corrobora una cita en su teléfono: «Una compañera me contó la experiencia que acababa de vivir. Me gustó tanto la idea que, literalmente, me puse una alarma en el móvil programada para dos años más tarde (momento en el que terminaría mi carrera), para recordarme que tenía que intentar, una vez más, perseguir esa experiencia». Y lo consiguió gracias a un programa poco conocido en Galicia que facilita estancias en escuelas de Estados Unidos para profesores de lengua extranjera, el Amity Institute. «Te da la oportunidad de adquirir experiencia como maestro y ser embajador de tu país», explica Teresa. Tienen dos tipos de programas: uno para estudiantes recién licenciados y otro para profesores con experiencia laboral. «Empiezas observando el funcionamiento de este sistema educativo y, a medida que construyes lazos con profesores y alumnado, te vas integrando y ayudando en pequeños grupos, sumergiéndolos en tu cultura».

Enseñando España a los alumnos de Primaria
Enseñando España a los alumnos de Primaria

La viguesa se encuentra entre Layton y Kaysville, dos pequeñas ciudades prácticamente unidas en el estado de Utah. Y es que otra de las peculiaridades de este programa de becas es que suele enfocarse a zonas rurales, más que a grandes ciudades del país. Su día a día empieza a las ocho de la mañana con un desayuno previo a su trabajo en un Elementary School, que abarca desde Infantil hasta sexto de Primaria. Ella imparte clases a alumnos de diferentes grados que necesitan practicar fluidez en lectura y enseña a leer a los de Primero, «lo que, sin duda, es lo que más me ha ayudado a aprender cómo se debería enseñar esta lengua en países no angloparlantes». Sobre sus alumnos americanos y, pese a la distancia, reconoce que se asimilan más a los españoles que los de Finlandia: «En cuanto escuchan que tu acento es diferente al suyo, empiezan a preguntarte todo lo que se les ocurra sobre tu origen». En Finlandia, sin embargo, están tan acostumbrados a que les visiten profesores de todo el mundo que los niños ya no le dan importancia, «son una cultura tímida en general».

Lo que sí ha podido establecer en todo este tiempo son las preferencias con las que se queda de cada sistema educativo que ha conocido hasta ahora. Aunque no le gusta generalizar, sí hay algo que comparten Finlandia y Estados Unidos y que España necesita mejorar: la presencia de las familias en el colegio. «Cada día madres, padres, abuelos y abuelas se acercan al colegio para ayudar a los profesores, de manera voluntaria, firman una serie de horas a las que vendrán». Eso, según Teresa, beneficia tanto a la comunidad educativa como a la familiar.

Del sistema americano que está descubriendo destaca la manera de enseñar cada tema de diferentes maneras, «para que después el alumno escoja su favorita. Por ejemplo, en segundo les han enseñado a sumar de 5 maneras diferentes». Otra peculiaridad es que no utilizan libros de texto: «Cada profesor tiene las lecciones diseñadas basadas en el currículo y una serie de actividades que las complementan y que ayudan a su comprensión». En el lado negativo, opina que EE.UU. tiene, en general, un nivel menor en cuanto a conocimientos, sobre todo en matemáticas; en los primeros cursos, las ciencias sociales y las naturales son casi inexistentes, las horas de educación física se reducen a 40 minutos a la semana y en los comedores se percibe una dieta poco variada y simple.

Tras conocer a fondo la forma de enseñar que tienen diferentes países, Teresa Martínez se pregunta muchas veces dónde le gustaría ejercer en el futuro. Y cree que su lugar ideal sería España, más concretamente Galicia. Aunque tiene claro que ese momento aún no ha llegado: «Mi plan ideal sería viajar por el mundo durante unos años descubriendo diferentes sistemas educativos, trabajar inmersa en ellos, conocerlos y recopilar toda la información posible para después llevarla a Galicia».