Vigo redescubre la red subterránea de agua que tuvo intramurallas

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Con la inauguración de las escaleras mecánicas de II República se ha señalado un acceso a la mina de Neptuno

25 mar 2018 . Actualizado a las 12:05 h.

La inauguración esta semana de un espacio informativo que señala la ubicación de la mina de agua, que abastecía las dos fuentes potables del Vigo intramuros, es la primera acción municipal de puesta en valor de la antigua red de suminstro de agua que se extiende por la zona alta del Casco Vello.

Fue durante el control arqueológico previo a la construcción de las escaleras mecánicas de la calle II República cuando el equipo dirigido por la arqueóloga Herminia Rodríguez localizó, entre otros hallazgos, el manantial que abastecía de agua a las fuentes de Neptuno y la Princesa. Aunque ya se conocía su existencia, nunca antes se había estudiado. Esta mina aprovisionaba a varias galerías que formaban parte de una antigua obra de ingeniería para la captación y conducción hidráulica. Este tipo de redes era conocida antiguamente como el viaje del agua.

El trabajo sobre el terreno de Herminia Rodríguez y su equipo permitió localizar otros elementos en el entorno, como varios tramos de galerías, ramales de distribución, pozos de aireación, depósitos y las fuentes. Según se puede ver en la información expuesta por el Concello de Vigo, la galería visible vertía el agua en el antiguo depósito de la Pulguiña, situado en ese mismo lugar, desde el que se abastecía a varias fuentes del Casco Vello a partir del siglo XIX. El viaje del agua en Vigo está documento a partir de comienzos del siglo XVII, cuando Felipe III se dirige al alcalde mayor de la villa y alude a unas obras realizadas para abastecer de agua a la población.

En los últimos años, alguna puntual actuación arqueológica ha permitido descubrir otros túneles que se suman a los que el Concello de Vigo ya tiene documentos. Todos se concentran en las estribaciones de la cara norte del monte de O Castro. En la mayor parte de los casos ni se sabe cuándo fueron construidos ni su finalidad exacta, aunque la distribución de agua parece su función más probable.

Otros dos casos

Hasta el reciente estudio emprendido por Herminia Rodríguez y su equipo, tan solo en dos ocasiones fueron investigadas estas conducciones. Ya hace unos años, durante las obras de humanización de la calle de Santiago, la arqueóloga Mar López Cordeiro localizó un túnel bastante distinto al de la mina de Neptuno. Esta galería fue excavada a pico en la roca y presenta una cubierta abovedada, que podrían haber sido abierta con un frente de fuego, y registra pequeños agujeros para sostener supuestamente las lucernas. El túnel tiene una altura de 1,15 metros y un ancho en la base de 70 centímetros.

El otro estudio científico de una galería aconteció durante las obras de construcción de la subestación eléctrica de O Castro. Entonces, se encontró otra galería asociada a una tajea de época contemporánea, que fue estudiada por la arqueóloga María Jesús Iglesias Darriba. A la galería se entra a través de un pozo, al que accedieron miembros del cuerpo de bomberos. El pozo está excavado en roca, con una boca de dos por un metros de ancho y una profundidad de 15,20 metros. Es la puerta de acceso a la galería. Al igual que la galería de la calle de Santiago, también está excavada en roca y sigue una dirección norte-sur, desde la Cruz de O Castro hacia el paseo de Granada, con una longitud de 85 metros. El techo también es abovedado, pero está reforzado en algunos puntos con bóveda de ladrillo y mortero de gres, elementos que parecen indicar que experimentó obras de mantenimiento hasta entrado el siglo XX. La dirección de la galería parece indicar que llevaría el agua hasta el interior del recinto amurallado, aunque no se puede confirmar porque está cortada por cimentaciones de obras más modernas.

Hay más galerías en los alrededores del castillo de San Sebastián, aunque no han sido estudiadas por los arqueólogos.