La situación se agrava en el medio rural al no recibir algún centro ni una sola solicitud
24 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La caída de la natalidad hace mella en los centros de enseñanza de Vigo. Lo demuestra el hecho de que solo tres colegios públicos de los treinta consultados consiguen cubrir las plazas ofertadas para niños de tres años y por muy poco. El colegio Pintor Laxeiro ha recibido 52 solicitudes para las 50 plazas que tiene y el García Barbón, 51, también para medio centenar. El Virgen de Rocío logra igualar las 25 vacantes.
Los centros urbanos son los menos castigados por los escasos nacimientos, si bien es cierto que la oferta pública es muy inferior a la del ámbito rural, lo que hace que haya más demanda. Esta carencia se suple con los colegios privados concertados, lo que hace que cubran la oferta con más facilidad. Es el caso del Apóstol Santiago (Jesuitas), que para las cien plazas que tiene recibió 109 solicitudes, o de los Salesianos, que rebasó en una las 50 plazas.
Se da la circunstancia de colegios, como el de Paraixal, en Teis, que no recibió ninguna petición de ingreso para las 25 plazas, mientras que en otros, como Fonte Escura (Lavadores) y O Sello (Cabral), se encontraron con una sola.
En total, para las 1.116 vacantes que ofertaban los treinta colegios públicos se presentaron 683 solicitudes, por lo que quedaron libres 433.
No falta quien ve la parte positiva, como en el colegio Canicouva, que entienden que el número de quince alumnos por aula que van a tener es el ideal para los niños de tres años, máxime si alguno de ellos tiene algún tipo de dificultad para el aprendizaje. Otros, como el de O Pombal, con muy buena acogida el día de puertas abiertas, reconocen que el tema de la zonificación pudo asustar a algunos padres por temor a que en un futuro no haya transporte en algunos centros. En el colegio Seis do Nadal, que dispone de seis plazas para niños con discapacidad, no se cubrió ninguna.
En cualquier caso, la preocupación entre los responsables de los centros de enseñanza es evidente hasta el punto de temer que se produzca un cierre de aulas en cadena. Esa misma inquietud muestran las asociaciones de padres, al sospechar que algunas familias no podrán llevar a sus hijos a los centros elegidos.
Bertila Fernández, portavoz de la Federación Olívica de Asociaciones de Nais e Pais de Alumnos (Foanpas), reconoce que la caída de la natalidad supone un duro varapalo, máxime cuando los últimos datos del saldo vegetativo de la ciudad son los peores registrados por el Instituto Galego de Estadística y lo sitúa en -585.
En el 2015, cuando nacieron los niños de tres años que se incorporarán el próximo curso, vinieron al mundo 2.228, la peor cifra si se mira una década atrás y 418 menos que en el 2005.
Bertila Fernández coincide en la apreciación de algunos centros sobre el temor de los padres a la zonificación. Aunque la Consellería de Educación advirtió que el transporte escolar se adaptaría a la nueva situación y que no se quedaría nadie sin este servicio, la portavoz de Foanpas detecta cierta confusión sobre el tema, fruto de una deficiente explicación a todos los sectores del ámbito educativo y de la falta de consenso. «Hay que informar y hacer las cosas bien para que los padres sepan a qué atenerse y es necesario que todos los niños tengan los mismos derechos vayan a un colegio o a otro. Hay que hacer un estudio de las necesidades educativas. Estamos a la espera de que se nos convoque y se nos diga cuándo, cómo y dónde», subraya.
Tener un hermano en el centro es lo que más puntúa
Los colegios que tienen más solicitudes que plazas se ven obligados a baremar. Tener un hermano en el centro que se solicita da 8 puntos, lo que más. También se tiene en cuenta la vivienda y el trabajo en la zona (6 y 4 respectivamente), vivienda y trabajo limítrofe (3 y 2), familia numerosa especial, general y monoparental (3, 2 y 2 ), trabajador del colegio (3), discapacidad (4) y renta (0-3).