De Vigo

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

23 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El portavoz del Gobierno no es vigués, aunque intente aparentarlo. Porque Íñigo Méndez de Vigo no es de Vigo. Barón de Claret, descendiente de la reina María Cristina de Borbón, y también del marqués de Esquilache (el del motín), nuestro ministro nació en Tetuán, en el antiguo protectorado español de Marruecos. Por desgracia, le falta haber nacido en O Berbés para completar su notable abolengo y linaje. Don Íñigo no es el único De Vigo que no es de Vigo. Está Viggo Mortensen, en su caso como nombre. Y el cineasta francés Jean Vigo, que tampoco nació en la calle del Príncipe. Por tanto, hemos de concluir que ser De Vigo es muy poco vigués. De hecho, en Galicia hay más apellidos Vigo en A Coruña que en la propia ciudad olívica. En la provincia coruñesa hay censados 1.329 Vigo, mientras que en la de Pontevedra apenas hay 156. Incluso Lugo nos supera en el apellido, con 389. Y en España hay otras cuatro provincias con más vigueses de apellido que aquí: Barcelona, Málaga, Madrid y Valencia.

De Vigo eres si te apellidas Comesaña, Costas o Cameselle. Ahí casi no hay duda. Es decir, ese apellido y casi puedes dar la filiación y el barrio. Pero el nombre de nuestra ciudad no funciona como patronímico que nos identifique. Incluso podríamos decir que, si te apellidas Vigo, tienes muchas opciones de ser

peruano, porque aquel país tiene el récord mundial de este patronímico, con 8.099 casos. En toda España, hay menos de la mitad: 3.943. Lo sentimos por el simpático ministro Méndez de Vigo. Podrá presumir de sangre azul, sí. Pero habrá de llevar de por vida la pesada cruz de ser De Vigo sin ser vigués.