Cierra la librería más antigua de Vigo

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

San José, con 69 años y especializada en náutica, se despide por jubilación de su dueña

28 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La librería San José era hasta ahora la más antigua de cuantas quedaban en Vigo. Había accedido a la pole position de la solera desde que en febrero del 2007, la librería Cervantes le cediese el trono al cerrar sus puertas, que estuvieron 70 años abiertas. Pero San José, en Carral, 19, sigue sus pasos y tras 69 años abierta, pronto bajará la verja y desaparecerá su precioso rótulo en letras rojas.

El establecimiento luce en su escaparate un gran cartel que anuncia la despedida: «Liquidación por cierre». Dentro, ya buena parte de las estanterías están vacías. No son pocos los vigueses que entran para interesarse por alguno de los libros a precio rebajado, que se pueden conseguir con descuentos de hasta el 40 %, aunque al tratarse de una librería técnica, especializada sobre todo en temas náuticos, su público es más específico.

No venden literatura ni libros de texto, pero despachan, además de tratados náuticos, otros libros técnicos genéricos, sobre mecánica, informática o electricidad, además de artículos de papelería. De hecho, la librería San José abrió en 1949 como papelería. Inés Muíños Hidalgo es la actual propietaria, pero la primera fue su tía, también llamada Inés, que decidió por su cuenta poner en marcha una empresa comercial ella sola en una época donde no era en absoluto habitual. Según su sobrina, antes había trabajado como empleada en Cervantes o en Balmes, no recordaba bien. Lo que sí sabe seguro es que su tía se encargaba de todo, aunque le ayudaba su hermana, Rita.

Pero la librería San José tenía otra particularidad y es que además amplió negocio con la apertura de una editorial especializada en náutica técnica y una de las pocas que quedaban en España, y también fue una iniciativa de la emprendedora Inés Hidalgo,

Empezó con un catálogo de tres o cuatro libros hechos por profesores de la Escuela Naval Militar y poco a poco se fue ampliando el temario.

En 1979, la fundadora de la librería, Inés Hidalgo, falleció en un accidente de tráfico, en un viaje que hizo para visitar a su sobrina en León, donde entonces residía. Fue entonces Rita, la hermana de Inés Hidalgo, la que continuó al frente del negocio tras el luctuoso suceso. Se puso en el mostrador con Rita y cuando a esta le llegó la edad de jubilación, siguió adelante por pura nostalgia, según reconocía en un anterior reportaje en la Voz donde recordaba su historia. «La librería da para mantenerse, pero nada más. No es negocio», admitía. Inés Muíños vaticinaba hace seis años que sería su última propietaria. «Conmigo ya cierra y a mi pesar, porque me encanta», se lamentaba, pero sus hijos no le seguirán. «Estudiaron sus carreras en Madrid y han hecho su vida allí, así que no hay relevo».

La decana es ahora Librouro

Xurxo Patiño, vocal de la Federación de Libreiros de Galicia, es el responsable de Librouro, una de las librerías históricas de Vigo y de toda Galicia, fundada por sus padres, Antón Patiño y Raimunda Pérez, en 1967. Su establecimiento acaba de rebasar las bodas de oro. Cumplió 50 años el año pasado pero de repente, con la desaparición inminente de San José, se ha convertido en la más antigua de los negocios vigueses del sector del libro.

Por detrás le pisa los talones la librería Vigo, fundada en 1969 por José María Bouzó y su mujer, Josefina Elvira Fernández Lago.

Además de llevar su negocio, Xurxo Patiño, como integrante de la Federación de Libreiros de Galicia, sabe bien cómo van las cosas en el gremio. Es vox populi que van bastante mal desde hace años, pero aún así, el amor al libro hace que los que se dedican a este negocio sigan tirando del carro e incluso que surjan nuevos locales. «La tendencia es el equilibrio inestable, pero con más inclinación a los cierres que a las aperturas», reconoce. El último que recuerda como modelo alternativo, Mishima, que nació en el 2015 como un proyecto diferente con bar, cerró como librería, se traspasó y sigue pero como cafetería. La experiencia, que en otras ciudades sí ha funcionado, no logró éxito en Vigo. Es un caso aislado. El más común es el de pequeñas tiendas cuyos responsables no encuentran relevo generacional. «Las mantienen hasta la jubilación y cuando llega ese momento, cierran», manifiesta.

Patiño recuerda que el momento es crítico para el sector, pero a pesar de todo, aún abren unas pocas librerías y bastantes más editoriales. «Sigue habiendo gente que apuesta por la cultura y que se arriesga sabiendo de antemano que es un negocio que no es negocio, que es precioso y muy agradable pero mercantilmente no es rentable», admite.

OTROS CIERRES:

UNIVERSITARIA SUR

Leonor Rodríguez Castro y su hermana Cristina se ocuparon durante 24 años de la librería Universitaria Sur, en la esquina de María Berdiales con Hernán Cortes. Cerró en el 2014. Ahora Leonor es la maga Leo Leíño.

CERVANTES

Teodoro Martín fue el fundador de la librería Cervantes, en Policarpo Sanz. Sus hijos no siguieron y en el 2001 tuvo nuevos propietarios que intentaron reactivarla con actividades.

BABEL

La librería Babel estaba en la calle Venezuela, 45. Aunque tenía un amplio catálogo en literatura, su especialidad eran los libros en varios idiomas y manuales de estudio. Cerró sus puertas hace ocho años.

BERTRAND

La más bonita fue la que menos duró. En el número 23 de la calle del Príncipe estaba Bertrand, filial de la librería lisboeta más antigua de Europa. Al frente estaba José Luis Rodríguez. Abrió en 1988 y cerró en 1992.