«Las salesas de Teis siguen la máxima 'Ora et labora'»

La Voz

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El investigador vigués presenta la primera historia del monasterio de Antonio Palacios

21 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Abellán presenta, a las 19.30 horas, en la Sede Afundación (Policarpo Sanz, 26) el libro El tesoro oculto (Cardeñoso), la historia del monasterio de las salesas reales de Teis, cuyo edificio fue diseñado por Antonio Palacios.

-¿Cómo surge este libro?

-Hace unos años, a través de un amigo, fui al monasterio a encuadernar unos libros y conocí a las monjas que allí residen. La superiora de entonces me invitó a escribir un libro sobre la historia del lugar y la orden en Vigo. De este modo me fui vinculando con ellas y empecé a investigar.

-¿Abarca entonces tanto la historia de esa comunidad como la del edificio que las acoge?

-Efectivamente, el libro, en su primera parte, abarca desde la fundación de la orden y su llegada a España en el siglo XVIII, hasta a la llegada de la comunidad de Vitoria, primero, a Tui y después, a Vigo. Posteriormente, recorre los casi cien años en la ciudad y del edificio de Palacios.

-¿Es una comunidad de clausura?

-Sí, es una clausura papal, la más rígida de todas, y salvo la hermana portera, única que tiene contacto con el exterior para hacer compras y recados, el resto no sale nunca del convento.

-¿Cómo es la vida dentro de los muros?

-Ellas siguen la máxima Ora et labora, es decir, dedican una serie de horas al rezo y otras al trabajo manual, tanto en la huerta como en los quehaceres del monasterio. El domingo, en la misa de las diez de la mañana, es el único momento en que las monjas salen para participar desde el coro en la misa.

-¿Pero usted también se detiene en la obra de Antonio Palacios?

-Sí, una de las razones del libro es dar a conocer a la sociedad viguesa que tenemos ahí una joya arquitectónica del maestro proyectista Antonio Palacios. Quien se acerca hasta allí se queda maravillado con el lugar.

-¿Cómo eligieron Vigo?

-A través del obispo vigués Eijo Garay. Una hermana de la comunidad de Vitoria quiso fundar un monasterio en Galicia. Él le dijo que en la diócesis de Tui no había ninguno. Primero se trasladaron a Tui, donde había dos comunidades dispersas de la misma orden debido a que tuvieron que huir de Portugal debido a la revolución. Así que una parte fue a Padrón y otra, en 1927, se instalaron en la finca de Carlos Bárcena, en Montecelo. Allí empezaron a adaptar el chalé a sus necesidades. La primera misa fue oficiada por el propio Leopoldo Eijo Garay.

-¿Y cuándo se levantó el edificio de Antonio Palacios?

-En el año 1942. La fundadora consiguió el dinero necesario para contratar a Antonio Palacios. En el libro se pueden ver unos bocetos, que me cedió gentilmente Alberto Cominges, cuyo padre trabajó como contratista en la construcción del monasterio de Montecelo.