Algunos transportistas aseguran que se van a saltar la prohibición de circular por Teis

manu otero VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Los camioneros alegan que carecen de vías alternativas que no supongan ningún incremento de tiempo, kilómetros y costes

03 feb 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El paso de camiones de gran tonelaje por las calles Sanjurjo Badía y Julián Estévez está prohibido desde ayer. Sin embargo, algunas empresas de transporte que circulaban habitualmente por el centro de Teis aseguran que se saltarán la prohibición por la ausencia de una ruta alternativa que no supongan un incremento de costes, tiempo o kilómetraje.

Es el caso de empresas como Transpuerto o Andaluz, que comunican abiertamente su intención de seguir cruzando Sanjurjo Badía para llegar a destinos como Vulcano. «No tenemos otro sitio para llegar hasta allí», alegan, asumiendo que se exponen a ser multados aunque confían en que el Concello «haga la vista gorda». Otros en cambio, se resignan «a circular por la autopista» y a asumir el coste del peaje, afirman desde la Asociación de Transportistas de Contenedores del Puerto de Vigo.

Para amparar a los transportistas, la Confederación de Empresarios de Pontevedra, con su presidente Javier Cebreiros al frente, solicitó ayer la suspensión de esta prohibición. «Estamos de acuerdo con limitar el tráfico pesado pero no se puede ir contra la competitividad de las empresas y del puerto», defiende Cebreiros, pidiendo una solución a las administraciones.

Un remedio a este desaguisado pasa por la construcción de un enlace a la AP-9 en la avenida de Buenos Aires, para lo que Cebreiros pide a Fomento, aprovechando que los presupuestos generales del Estado todavía no han sido aprobados, que incluya una partida para desbloquear esta situación. «Es una oportunidad fantástica, solo es cuestión de voluntad y mucho diálogo», asegura el presidente de la CEP, que se ofrece a mediar para alcanzar un acuerdo.

No obstante, Cebreiros es firme en que, si el conflicto se enquista, apoyarán a la Autoridad Portuaria en el recurso que presentará ante los tribunales para tumbar la prohibición. Tanto el presidente de la CEP, como el presidente de la asociación de armadores, Javier Touza; y el director general de Frigalsa, Gonzalo López, destacaron el «aumento de costes enorme» que supone no poder atravesar Sanjurjo Badía.

Desmintiendo al regidor vigués, sostiene Cebreiros que unas 200 empresas han solicitado autorización para seguir cruzando Teis sin recibir, por ahora, respuesta por parte del Concello. De hecho, los transportistas tenían acordada una reunión con los responsables del departamento municipal de Mobilidade, pero el encuentro fue suspendido por motivos de agenda. «Debían de tener asuntos más importantes», ironizó el presidente de la CEP, Jorge Cebreiros.

Amparándose en la ley de tráfico, el alcalde Abel Caballero asegura que su equipo denegará las 52 peticiones que tienen sobre la mesa para conceder autorizaciones. Ninguna proviene de empresas con actividad en Teis por lo que en base a criterios ambientales y de seguridad, serán en su mayoría desatendidas.

La Policía Local advierte pero no multa

La de ayer era una jornada muy deseada por buena parte de los vecinos de Teis que estaban hartos de aguantar delante de sus casas y negocios el ruido que generan estos gigantes de la carretera. El habitual tráfico pesado que cruzaba el barrio desde primera hora de la mañana desapareció, solo algún que otro conductor despistado mantuvo su ruta habitual, aunque fue interceptado por la Policía Local que, al tratarse del primer día de prohibición, se limitó a informar al conductor de las restricciones. Una política que, según el alcalde Abel Caballero, mantendrán durante estas semanas iniciales.

No obstante, la presencia policial en el barrio no resultó para nada extraordinaria. Ni rastro de agentes en las entradas y salidas de la calle Sanjurjo Badía, más allá de las habituales patrullas de los agentes municipales y de la Policía Nacional. Sin embargo, en el barrio se respiraba un ambiente distinto al de días anteriores. Por primera vez en muchos años la calle Sanjurjo Badía regresó a la normalidad. La de una vía urbana, de aceras anchas y tráfico calmado en la que los vecinos entran y salen de las cafeterías o panaderías sin ese molesto runrún que por muy habitual que fuera, se resistía a ser asimilado en la rutina diaria de los peatones.

«El ruido era insoportable y estaban pasando continuamente», reconocía la dependienta de la panadería Tahona. Las quejas de los clientes por la presencia de estos gigantes de la carretera en medio de su barrio eran habituales y esperan que la medida sea permanente. «Ya está bien, los camiones de 3 o 4 toneladas no pueden pasar por aquí, si tienen que pagar la autopista que la paguen, nosotros estamos hartos de aguantar tanto ruido», declaraba muy enfadado el cliente de una cafetería mientras apuraba el último sorbo del café antes de reincorporarse al trabajo y todavía sin ser consciente de la prohibición que se estrenó ayer. «Hay señales de prohibido que llevan ahí muchos años y siguen pasando», denuncia el mismo consumidor, que acabó aceptando con cierta dosis de incredulidad las nuevas restricciones. «A ver si es verdad», se despidió.

Con menor rotundidad se pronunció la encargada del café. «A mí me parece bien, pero si va a repercutir en los empleos no sé si será buena idea», explicaba con temor. Otro cliente se preguntaba qué van a hacer ahora los camioneros, «¿por dónde van a pasar?», cuestionaba preocupado.

De momento, los conductores cumplieron la norma a rajatabla. Pero está en el aire si lo seguirán haciendo en las próximas jornadas. Mientras tanto, el vecindario celebra el regreso a la normalidad que desean sea permanente.