En los próximos días comenzarán las obras de otros dos ascensores urbanos y en poco más de un mes se terminará la escalera de la Porta do Sol
01 feb 2018 . Actualizado a las 15:42 h.Lo que parecía impensable se está convirtiendo en realidad. La difícil orografía de Vigo no será tal y se podrá salvar de forma artificial. Nueve proyectos de ascensores y escaleras mecánicas permitirán desplazarse de unas zonas a otras de la ciudad con el mínimo esfuerzo. La aceptación de las dos primeras actuaciones del proyecto municipal denominado Vigo Vertical no ha podido ser mejor. Es el caso del ascensor urbano que une las calles Menéndez Pelayo y Pi y Margall.
Apenas lleva funcionando dos años y los vecinos ya no pueden vivir sin él. El elevador es muy utilizado, sobre todo por los residentes de Pi y Margall, hasta el punto de llegar a afirmar que les ha cambiado la vida. «Es el mejor invento que se pudo hacer en la ciudad, el dinero mejor invertido. Está todo el día en movimiento, no da abasto. Lo usa gente mayor, joven, los estudiantes del colegio Labor...», comenta Beatriz Rodríguez, una vecina del entorno. El ascensor les ha solucionado un grave problema, la escasez de supermercados en ese tramo de Pi y Margall. «Antes teníamos que ir a Torrecedeira o a López Mora cargados con las bolsas, mientras que ahora, con el ascensor, lo tenemos a un paso en Camelias sin subir la cuesta de la calle Chile, que se hacía insufrible», indica Beatriz Rodríguez. No hay vecino de la zona al que se le pregunte que no responda de forma similar, tenga la edad que tenga. En la actualidad Vigo cuenta con 62.196 personas mayores de 65 años, entre las que domina la población femenina, en concreto las mujeres son 36.734. Los que tienen entre ochenta y noventa años superan los 15.000 y los de más de noventa se aproximan a los tres mil.
El ascensor de Pi y Margall supuso una inversión de medio millón de euros y fue construido por la empresa Enor. La cabina tiene capacidad para 25 usuarios y la previsión era que prestara servicio a un radio de 20.000 personas, aunque la realidad ha superado esos cálculos. Fue la segunda actuación del Vigo Vertical puesto en marcha por el Concello en el 2015. La idea es salvar las cuestas para hacer una ciudad más accesible. Además de la orografía, el envejecimiento de la población es otro de los factores que se han tenido en cuenta a la hora de afrontar la actuación.
Meses antes de ponerse en marcha el ascensor, en enero del 2015, se inauguraron las primeras escaleras mecánicas urbanas en la Porta do Sol en las que se invirtieron 1,2 millones de euros. En este caso, la mayoría de los usuarios las utilizan para acudir al Concello a realizar cualquier trámite. También las aprovechan los funcionarios. En la actualidad se ejecutan los últimos trabajos de su prolongación, que permitirán llegar al Ayuntamiento con el mínimo esfuerzo y reducir la ascensión a O Castro para el que aún quedan por salvar 400 peldaños. En este momento hay una propuesta vecinal para que se coloquen barandillas y en este momento es tramitada por el Valedor do Cidadán.
El éxito de las dos primeras iniciativas ha animado al Concello a seguir adelante con el Vigo Vertical. Buena muestra es que de inmediato comenzará la construcción de un ascensor entre Pi y Margall y Torrecedeira a través de un lateral del parque Camilo José Cela, que de paso se renovará. El presupuesto es de 2,8 millones. Posteriormente otro elevador unirá Torrecedeira con Marqués de Valterra a la altura de Juan Ramón Jiménez, y un tercero conectará Marqués de Valterra con Torrecedeira a través de la calle Instituto Oceanográfico con 870.000 euros. Este proyecto forma parte de la segunda fase de humanización de Marqués de Valterra y está a punto de empezar. Otra obra contratada por 524.000 euros es la del elevador de San Salvador y la plaza de Isabel la Católica. A los anteriores se sumarán el ascensor de Pizarro (al lado de Mercadona) y unas escaleras mecánicas en Carral, que se construirán aprovechando la renovación del párking de la Porta do Sol.
Pero el proyecto estrella será el de rehabilitación y transformación de Gran Vía entre Urzaiz y Nicaragua, en el que se invertirán casi nueve millones de euros. Una rampa mecánica permitirá salvar más de seiscientos metros de pendiente. De esta forma acercará zonas tan complicadas para caminar en la actualidad como Pizarro y Príncipe. El proyecto ha sido diseñado por Iceacsa, incluye una plaza a la altura de El Corte Inglés y un jardín vertical. Estará dividido en diferentes tramos cada uno con una personalidad distinta. La idea es que la obra esté concluida a principios del 2019.
Los únicos problemas que pueden tener estas iniciativas son las averías, como sucede con el ascensor de Pi y Margall como consecuencia de los actos vandálicos. Anteayer mismo los técnicos se empleaban a fondo para arreglarlo y dejarlo listo en el mismo día. La falta de cuidado de algunas personas ha obligado a poner letreros en los que se ruega a la gente que no se apoye en las puertas mientras que esté en movimiento.