Mil quinientas personas mayores de Vigo viven conectadas a un botón

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida por Amigos dos Maiores

El servicio de teleasistencia puede ser público o privado por 25 euros al mes

24 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Son exactamente 1.427 personas mayores que viven solas con la única compañía de un botón. Es la llamada teleasistencia, servicio que les permite seguir viviendo en su medio habitual y que prestan el Concello, la Xunta, Cruz Roja y alguna otra entidad privada. Permite a los usuarios ponerse en contacto con un centro de llamadas que cuenta con personal especializado para dar servicio a sus necesidades durante las 24 horas de los 365 días del año. Unas veces resuelve la vida a las personas que no quieren abandonar su hogar. Otras, supone una alternativa para aquellas que no tienen recursos económicos para trasladarse a una residencia. En las públicas no hay plazas y las privadas pueden costar el triple de lo que perciben de pensión.

En total, el Concello presta teleasistencia a 550 personas de la ciudad a través de una empresa adjudicataria. Un número similar de mayores es el que atiende la Consellería de Política Social a través de Cruz Roja, en concreto 561. A los anteriores se suman otros 316 que la propia Cruz Roja ofrece a título particular. El servicio cuesta 25 euros al mes y en muchos casos palía la espera mientras las administraciones bareman su situación.

La asistencia consta de un terminal que se instala en el domicilio del usuario. Este lleva un colgante con un botón de alarma que deberá pulsar en caso de emergencia. El colgante tiene que llevarse siempre puesto y funciona con manos libres desde cualquier lugar de la casa, pero no en el exterior. Para estos otros casos existen en Vigo los llamados cuidadores de barrio, financiados por el Concello y gestionados por la Fundación Érguete. Al cabo del año realizan 14.000 asistencias a 278 personas, casi en su totalidad de edad avanzada.

Implantado hace una década en el Casco Vello, con los años el servicio se ha ido extendiendo a otras zonas y en la actualidad cubre además del barrio antiguo, Bouzas, As Travesas, Coia, Teis y O Calvario.

El perfil del usuario es el de una mujer octogenaria delicada de salud. De hecho, de los 278 usuarios anuales, solo 58 son hombres. Entre la atención más demandada figura el acompañamiento al médico, farmacia, o simplemente a algún recado tan simple como comprar el pan. La solicitud de esta prestación se puede hacer a través del teléfono 010 o de los mismos cuidadores.

Otra organización que hace acompañamiento domiciliario a personas mayores es Cruz Roja. Así se conocieron Rosa y Carol, la primera es una vecina de Vigo que vive sola y la segunda la voluntaria, o su ángel de la guarda, como la llama Rosa. Tal fue la sintonía entre ambas que la beneficiaria del programa no paró hasta encontrar un trabajo a Carol. El acompañamiento domiciliario se ciñe estrictamente a eso y excluye labores de otro tipo.

Una relación similar es la establecida por Pilar, una vecina de Vigo de 70 años, y Rosa, voluntaria de la Fundación Amigos dos Maiores. A través de esta misma entidad se conocieron Rosa Morales (beneficiaria) y María Urrutia (voluntaria) o Tita (usuaria) y David (voluntario). En estos casos el acompañamiento es afectivo y el perfil del usuario es el de una mujer de 83 años que vive sola, bien porque es soltera, viuda o no tiene familia cerca, aunque no siempre es así. «Puede ser que la tengan cerca y les quieran mucho, pero, pese a hacer lo que pueden, no son capaces de dedicarles todas las horas que quisieran. A veces tienen problemas de movilidad y les da mucha seguridad salir acompañados», comenta una responsable.