Besos de riesgo

Alba Moledo VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

A su hija Lucía la han excluido de cumpleaños por miedo

21 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La salud de la familia de Belén Abalde está en peligro casi todo el tiempo. Con una hija alérgica a los frutos secos y a las frutas tropicales y un bebé alérgico a la proteína de la leche a quien amamanta, el día a día de esta madre está lleno de retos. Lucía, de 10 años, es alérgica por ingesta, inhalación y contacto, lo que significa que su piel podría reaccionar ante un simple beso de un familiar que haya comido antes una nuez o ante la presencia de un compañero de colegio que esté merendando un trozo de melón.

En este caso, su hija ha soportado situaciones como ser excluida de eventos y cumpleaños por el temor del resto de los padres, una situación que, asegura, solo se puede cambiar a base de concienciación. También ha sido puesta en peligro varias veces en su centro docente, motivo por el que ha tenido que cambiar de colegio. «A nivel institucional es necesario que los colegios tengan un protocolo de prevención y no solo cuando se produce un shock anafiláctico», demanda.

Ante la ausencia de medidas, esta madre se ve obligada a ofrecer varias charlas al año en el colegio de su hija sobre el tema. «Llevo un simulador y les enseño a todos los profesores a inyectar adrenalina en caso de emergencia», explica.

Al recurrir a la lactancia materna, ella misma debe hacer una dieta exenta de la proteína de la leche para el pequeño Hugo, por lo que hacer una compra común para toda la familia resulta complicado. «Tengo que adquirir cada producto en un sitio diferente, me resulta imposible recurrir a una única gran superficie y siempre estoy persiguiendo mis marcas de confianza», asegura.

A la hora de seleccionar los productos, cuenta que va al supermercado «como si fuese a la biblioteca», ya que leer las etiquetas de los productos a conciencia resulta imprescindible para la vida de sus hijos.