Las inmobiliarias alertan de que Vigo se queda sin pisos de alquiler

María Jesús Fuente Decimavilla
María jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

La patronal cifra en 500 el número de viviendas disponibles para arrendar

20 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las inmobiliarias dan la voz de alarma: Vigo se queda sin pisos de alquiler. Conseguir uno se ha convertido en una labor casi imposible por la escasez de oferta y el elevado precio de las pocas existencias. Los últimos datos de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) cifran en 500 las viviendas para arrendar en la ciudad. No solo eso, sino que de esa cifra la entidad calcula que solo doscientas ofrecen parámetros adecuados de ubicación y confort. El precio medio de un piso en el centro se sitúa entre los 600 y 700 euros, aunque cada vez son más los que llegan a 800, algo que hace apenas cinco años era casi impensable.

En la periferia son más asequibles y se pueden encontrar por 500 e incluso 450 euros. En estos casos las condiciones suelen dejar que desear en lo que se refiere a dotaciones y comodidades. «Hay algunos pisos hasta por 350 euros que las inmobiliarias se niegan a enseñar y en los que, por desgracia, hay gente que se mete», comenta el presidente de Fegein, Benito Iglesias.

Las causas de la escasez y el encarecimiento son múltiples. El repunte económico en sectores como el naval, con nuevas contrataciones en los astilleros, y en la automoción es una de las que cobra más peso. Las expectativas no son mejores teniendo en cuenta que, en general, están previstas unas tres mil contrataciones en el sector del metal. Muchos de los empleados son desplazados a los que no les interesa comprar, por lo que la demanda para arrendar se dispara.

«Desde primavera se redujo la oferta y creció la demanda debido a esta movilidad laboral y los menores de 35 años no tienen capacidad de ahorro como consecuencia de los bajos salarios. Ese desequilibrio les lleva a alquilar en lugar de comprar. Esto ha drenado mucho la oferta», apunta Iglesias.

Otro factor que la federación contempla es el de los pisos turísticos. Cada vez son más los propietarios que prefieren arrendar solo por temporada en lugar de hacerlo de forma continuada. Si por solo una quincena cobran 1.800 euros y de la otra forma 450, muchos optan por la primera fórmula, lo que deja fuera del mercado un número importante de pisos para alquilar con carácter regular durante todo el año. El sector no contaba con el impacto que esto podría causar y se ha encontrado con que no ha sido ni mucho menos despreciable. De hecho, desde que se aprobó el registro de la Xunta, en mayo, la provincia de Pontevedra es la que más inmuebles de este tipo ha registrado. A lo anterior se suma el hecho de no tener plan general de urbanismo, lo que hace que no se construyan inmuebles ni para venta ni para alquiler.

En opinión de Javier Garrido, presidente de la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios (Aproin), lo que sucede en Vigo es en cierto modo lógico debido a la falta de un plan general y a la crisis económica de los últimos años, lo que hace que no se construya. Está convencido que si hubiera vivienda nueva la gente compraría porque, dice, lo que pagaría por una hipoteca sería más o menos lo mismo que por un alquiler. «Hay gente que prefiere alquilar los pisos de segunda mano en lugar de venderlos», apunta.

La subida de precios ha afectado de forma considerable a las personas con escasos recursos. Es el caso de Lilian Silveira, una vecina de Vigo que pagaba por un piso en García Barbón 450 euros al mes y que al no poder hacer frente a ese gasto tuvo que desplazarse a Sanjurjo Badía, donde paga 390.

 «No llega a cien unidades la vivienda nueva de la ciudad, es ridículo»

El problema de Vigo no se ciñe en exclusiva a la falta de vivienda de alquiler, sino que trasciende a todo el ámbito inmobiliario, tal como detecta el presidente de la Federación Gallega de Empresas Inmobiliarias, Benito Iglesias. «Vigo no tiene vivienda nueva a la venta, no hay seguridad jurídica al carecer de un plan general de urbanismo, lo que hace que no se construya. El cuello de botella se estrecha cada vez más. No llegan a cien las unidades existentes en la ciudad para vender, es ridículo. Eso contribuye a que el stock de vivienda usada se mueva, pero también se drene». Teniendo en cuenta que el Plan Xeral de Vigo no estará listo hasta finales del 2021, Iglesias calcula que hasta el 2024 o 2025 no habrá vivienda nueva en la ciudad. «Habrá un serio problema con el paso de los meses y años. Es así. Se va a tensionar mucho el mercado», indica. Recuerda que ya en su día avisaron del elevado precio del suelo industrial y de que eso llevaría a la empresas a ubicarse en Portugal, como así fue. «Cuando se rebajó un 50 % ya se habían ido más de cuatrocientas empresas en el sur de Galicia», añade. La tendencia al alza de los arrendamientos tuvo su máximo exponente en el 2016, con una subida de un 20 %. En el tercer cuatrimestre del año continuó subiendo un 12 %, según datos de la federación de inmobiliarias.