La policía extrema la seguridad por las dos macrofiestas de Nochevieja

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

Los mayores eventos reunirán a 4.000 personas en As Travesas y el auditorio

31 dic 2017 . Actualizado a las 00:16 h.

La Policía Local va a extremar la seguridad en la plaza de la Independencia ante la mayor fiesta de Fin de Año que se celebra en Vigo. «Hemos limitado el aforo a 3.000 personas», señalan desde el Concello, donde no tienen constancia de ninguna fiesta ilegal y sí de dos grandes celebraciones, la de As Travesas y la del auditorio Mar de Vigo. Para velar por la seguridad se van a cortar todos los accesos a la plaza salvo el que sube desde Castrelos hasta la Gran Vía. No obstante se podrá cruzar por el túnel. Precisamente para evitar accidentes en el subterráneo se colocarán grandes vallas en las entradas «para evitar que algunas personas que hay bebido de más se pueda caer dentro». Estas medidas de seguridad se completan con otras para prevenir atentados. Se colocarán grandes maceteros para obstaculizar la entrada de vehículos en la plaza y evitar que puedan arrollar a los allí congregados. También se vallará la fuente para suprimir la tentación de bañarse en ella.

Víctor Fernández, miembro de la Asociación de Comerciantes de As Travesas, pone de relieve que la fiesta, que es gratuita, suele atraer a un contingente entre 3.000 y 4.000 personas. La afluencia depende mucho del tiempo que haga por la noche. La asociación de comerciantes contrataba antaño dos orquestas, pero «salía muy caro, por encima de los 30.000 euros». En las últimas ediciones han tenido que reducir costes y será un DJ el que amenice la noche a partir de la una de la madrugada y hasta las 5 horas. Para tomar algo loas bares de la zona permanecerán abiertos hasta el fin de la fiesta.

Durante la noche cuarenta policías locales estarán de guardia además de un número importante de agentes nacionales. Los trabajos policiales ya empezarán el día 31 por la tarde con motivo de la celebración de la San Silvestre. Más de 4.000 personas se han apuntado a la carrera que supone cortes de tráfico en numerosas calles y plazas del centro de Vigo a partir de las 5 de la tarde cuando se da el pistoletazo de salida.

Otro de los grandes eventos tiene lugar en el vestíbulo del auditorio Mar de Vigo, con barra libre a 60 euros en venta anticipada (incluye una hamburguesa para desayunar). El mismo día ya no se podrán comprar los tiques. Los expertos en seguridad de Prosegur recorrían ayer el recinto con los responsables de las instalaciones y con los organizadores de una de las grandes fiestas de fin de año que se celebran en el ciudad. El recinto público pone a la venta 902 entradas, el máximo aforo permitido para celebrar el nuevo año en el auditorio viendo la ría. «Todo está perfectamente organizado, tenemos un plan de seguridad», cuenta el empresario Fernando garrido, dueño de la discoteca Rouge y organizador del evento en el Mar de Vigo. Los promotores aseguran que todo está pensado «al milímetro» y que cuentan con todos los permisos de la Xunta y el Concello. Critican al presidente de la Federación de Discotecas, Samuel Pousada, por ponerlo en duda. Esta cifra en 90 las fiestas presuntamente ilegales que se organizan en Vigo, aunque la Policía Local no tiene ninguna denuncia sobre este particular. El alcalde, Abel Caballero, manifestó que «estamos atentos y no queremos que haya fiestas ilegales, pero este asunto es competencia de la Xunta».

Los locales ofrecen una gran variedad de cotillones desde los 12 euros, aunque el precio medio oscila entre los 35 y 40 euros con barra libre.

La revitalización del sector hotelero en la ciudad es un hecho. Las previsiones de ocupación en la última noche del año lo corroboran. «Estamos casi llenos», afirma el presidente de la Federación Provincial de Empresarios de Hostelería, César Ballesteros, que añade que el grueso de la clientela lo aporta Portugal, un mercado que, dice, estaba perdido y que se ha recuperado.

Para Jaime Pereira, presidente de la Asociación de Hostelería de Vigo (Ahosvi) «es el broche de oro» de un ejercicio bueno, el mejor de la última década que, añade, certifica la salida definitiva de la crisis. El hecho de que Nochevieja coincida en fin de semana, propicia pernoctaciones de dos noches.

Dos son los principales perfiles de clientes en estos días. Por una parte, parejas mayores de 55 años, que eligen aquellos hoteles que programan cena con cotillón y, por otra, jóvenes que, más que un menú especial, lo que buscan recibir en año en las incontables fiestas que organizan los distintos locales de copas. «Vigo tiene mucho tirón en el entorno y especialmente en el vecino Portugal», confirma Pereira.

Una vez recuperado el pulso de la ocupación, los empresarios señalan que la asignatura pendiente siguen siendo los precios. «Subir las tarifas al nivel previo a la crisis nos va a llevar un tiempo», asegura César Ballesteros, que reconoce que ya las han incrementado ligeramente. Ha contribuido a ello el hecho de que la economía se esté desperezando y que se haya empezado a recuperar el viajero de negocios que se había perdido.