Juan Miguel Carollo ha dejado de comer después de llevar diez meses acampado frente al Concello
26 dic 2017 . Actualizado a las 08:25 h.El aguacero golpea la tienda de campaña de Juan Miguel Carollo plantada en el centro de la praza do Rei, frente al Ayuntamiento. Este bilbaíno de 48 años, residente en Vigo desde hace tiempo, inició el día 22 una huelga de hambre para reclamar una mejor atención a las personas sin techo. Lleva diez meses acampado. Inició su protesta el 17 de febrero y ahora se ha puesto en huelga de hambre tras meditarlo mucho, ya que sufre diabetes y puede tener problemas de salud graves. Por eso su enfermera le ha mandado ingerir unas proteínas para evitar úlceras y que le tengan que amputar más dedos de los pies ya que, por su enfermedad carece de ocho de ellos. «Un roce me produce una herida tremenda».
Dice que va a mantener su huelga de hambre hasta que el alcalde le reciba y le escuche. Quiere transmitirle cuál es la situación real de las personas de Vigo que no tienen hogar. «El otro día fuimos con una chica embarazada al albergue y nos dijeron que no había sitio para ella», señala.
El día del gordo dejó de comer y se pesó. La báscula reveló 90 kilos y 700 gramos. Tres días después ha bajado 2 kilos y 400 gramos. Este hijo de emigrantes gallegos tuvo un bar en Bilbao con seis empleados y lo cerró y regresó a Galicia. «Yo no soy de ningún partido político lo que quiero es que el dinero para política social se vea de verdad», por eso acampó en la praza do Rei. «Soy fuerte, he aguantado temporales, incendios y tengo apoyo de la gente», señala.