Cae la mezcla de drogas y ocio por los controles de tráfico y los bajos salarios

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

MARTINA MISER

Los puntos de venta de sustancias estupefacientes se concentran sobre todo en las salidas de la ciudad

26 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La noche de Vigo pierde fuelle en el consumo de drogas como cocaína y alcohol, algo más que habitual años atrás. Lo refleja una encuesta entre 22.500 personas del Plan Nacional sobre Drogas publicada por el Ministerio de Sanidad. Esta misma impresión es la que tiene la Policía Nacional de Vigo sobre la situación en la ciudad, según indican fuentes de la comisaría. «Esta combinación se redujo mucho. Empezó a descender con la crisis y la tendencia se mantiene. Antes la gente salía a darlo todo, según decía, y consumía mucho para divertirse. Eso ahora pasa menos, hay otro tipo de prioridades», indica.

La razón, aduce el portavoz policial, está, sobre todo, en los salarios más pequeños. «Si una persona cobra entre 700 y 1.200 euros no sale a tope, porque no le llegaría. Salen, pero de forma más moderada. El consumo propio se redujo mucho», apunta.

A lo anterior se suman los controles de tráfico realizados por la Policía Local para detectar el uso de drogas entre los conductores. El hecho de que antes solo se controlara el consumo de alcohol había llevado a muchas personas a cambiar esa sustancia por la cocaína para la diversión nocturna. «Tienen más miedo a la sanción económica y a que les retiren el carné de conducir que a dañarse la salud, pese al perjuicio que ocasionan», advierte. Reconoce que la presión sobre los conductores ha tenido su efecto, aunque se siguen detectando infractores.

Las zonas más frecuentes de Vigo para la venta de drogas en pequeñas cantidades son, sobre todo, las vías de salida de la ciudad, tal como han detectado los agentes en sus intervenciones. Entre ellas figura el cruce de Travesía de Vigo con Aragón, muy transitado por personas que van en dirección Pontevedra y Redondela. «Es como si fuera un supermercado, se sitúan en puntos estratégicos», comenta el representante policial.

Otro espacio con características similares se encuentra en As Travesas (Florida y Castrelos), al ser unos viales de paso hacia el Val Miñor y Baixo Miño.

La policía también ha desarticulado focos de venta de droga en Torrecedeira, plaza de la Princesa y en A Ferrería, así como en las inmediaciones de la calle Bueu, en Coia, en la avenida de Galicia y A Riouxa (Teis) y Sanjurjo Badía. Tampoco se libra el centro de Vigo, en concreto, ámbitos como el del Areal y plaza de Compostela.

Las inmediaciones de los centros de prevención y tratamiento de las drogadicciones, como es el caso de Cedro y Alborada, suelen ser lugares frecuentados por los trapicheros. De hecho, la Policía Nacional de Vigo desarticuló un punto de venta en el parque María Xosé Queizán, muy próximo a uno de los centros.

En el caso de Cedro, se intensificó la vigilancia en los patios vecinales interiores para impedir la venta de droga, muy asentada años atrás. De hecho, la situación llegó a provocar movilizaciones de vecinos y comerciantes.

«Antiguamente hubo mucho consumo y se consiguió eliminar por la presión policial. Al mismo tiempo, muchos se han ido muriendo y hay menos gente enganchada. Hay pocos trapicheros, lo que hacen es que se mueven de un sitio para otro», explica el portavoz. La Policía Nacional reconoce que antes los grandes atracadores eran consumidores de droga hasta el punto de que podían gastar 20.000 euros diarios, circunstancia que no se da en la actualidad.