Las tres vías para salvar Vulcano

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

El futuro pasa por firmar un pedido, vender el astillero o llegar a una alianza con otras factorías de la ría

22 dic 2017 . Actualizado a las 11:26 h.

A Vulcano se le está volviendo a agotar el tiempo. Si se cumplen las previsiones que se ha fijado la dirección del astillero, dentro de 120 días entregarán el ferri que construyen para Trasmediterránea y la plantilla regresará al paro. Lo malo es que los sucesivos expedientes de regulación de empleo -hasta 13 desde el año 2012- les dejaron prácticamente a cero la bolsa de prestaciones por desempleo, y en apenas cuatro meses se quedarían sin cobertura.

La Consellería de Industria bajara tres posibles escenarios de salvación. El primero pasa por lograr un pedido de forma inminente, aunque ni siquiera los trabajadores confían en que pueda concretarse antes de rematar el ferri, sobre todo después del varapalo que supuso quedar fuera del proyecto de renovación de flota de Pescanova cuando contaban al menos con que la pesquera les encargara uno de los siete barcos. El presidente del comité, Nicolás Sangabriel, recuerda que algo parecido vivieron cuando quedaron fuera de la obra de ampliación del puente de Rande, que hasta la entonces ministra de Fomento llegó a dar por hecho.

La segunda vía de salvación, en la que ya se está trabajando de forma paralela, es la venta del astillero. La empresa confirmaba hace unas semanas que hay un inversor interesado en hacerse con las instalaciones. Las negociaciones se llevan con el sigilo que requiere la confidencialidad que ha pedido el potencial comprador, del que no se conocen más datos que no es español.

Por si la venta no cuaja y los pedidos siguen sin llegar, aún se contempla una tercera posibilidad. Esta pasa buscar una fórmula que beneficie a todas las partes, quizá en forma de alianza de colaboración, para que alguno de los numerosos contratos que sí cierran otros astilleros de la ría, termine construyéndose en Vulcano, si no es todo al menos en parte.

Quizá esta última pudiera ser la vía para que, finalmente, la factoría de Teis participe en el pedido de Pescanova, adjudicado a Armón el pasado noviembre. La pesquera informó entonces que los tres fresqueros destinados a faenar en Namibia se construirían en las instalaciones de Armón en la ría de Vigo.

No hay que olvidar que la empresa ya no dispone del colchón económico que sí tenía cuando hace casi seis años superó la suspensión de pagos -unos 39 millones de euros-, con el agravante de que tiene que hacer frente a la deuda contraida entonces con los acreedores, que se comprometió a terminar de saldar en el 2024.

El comité de empresa reconoce que la ausencia de nuevos pedidos complica sobremanera el escenario y no oculta su preocupación. «Están en juego más de 70 puestos de trabajo», afirma Nicolás Sangabriel, que recuerda que una de las peticiones recurrentes que vienen realizando a la dirección de la empresa es que se refuerce la oficina comercial.

El nerviosismo empieza a hacer mella en la plantilla, máxime tras comprobar que otros astilleros de la ría sí están cerrando contratos que les garantizan carga de trabajo para varios años, como es el caso de Freire y Armón. No aciertan a explicarse por qué Vulcano, «siendo como somos uno de los grandes y teniendo la experiencia y las instalaciones que tenemos, seguimos con la cartera vacía». Una ventaja añadida, afirman, es que el potencial cliente sabe que podrían empezar la construcción al día siguiente de firmar el contrato porque la grada está libre.

El comité ya estudia la posibilidad de volver a llamar a la puerta de la Xunta. «No sabemos cómo pueden ayudarnos, pero tiene que haber una fórmula, igual que la hubo con el ferri», señalan. En todo caso, son conscientes de que la Administración no puede ejercer de tabla salvadora «si la empresa no hace su trabajo».

Lo cierto es que el Ejecutivo de Feijoo, consciente de la delicada situación en la que vuelve a estar el astillero, parece dispuesto a echar una mano -«a Xunta traballa de xeito continuado co sector naval para que consolide a actividade e o emprego», afirman-, aunque dejan claro que tiene que ser el astillero el que busque los contratos que necesita, cada vez con más urgencia, para sobrevivir.