Oxímoron

Ángel Paniagua Pérez
Ángel Paniagua LA TRAPALLADA

VIGO CIUDAD

Luis Carlos Llera

21 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Gritar en voz baja, guerra fría, silencio atronador... En las clases de literatura explicaban que el oxímoron es una figura retórica que consiste en juntar dos palabras con significados contradictorios. Dickens acuñó el memorable «fanfarrón de la humildad», Borges alabó la «graciosa torpeza». Las eléctricas te dicen que ahorres con el recibo y los gobiernos prometen transparencia política. La vida es oxímoron. Y más en un diciembre gallego sin lluvias.

A un poético oxímoron recurrió hace días la tragicómica Delegación de la Xunta en Vigo. En pleno puente festivo decidió dar una rueda de prensa para avisar de que el agua tenía una calidad pésima, pero que se podía beber. La población, apremió el representante del Gobierno gallego en la ciudad, debe estar «tranquila pero alerta». Un oxímoron siempre descoloca, así que conviene preguntarse qué quiere decir. Veamos. La Xunta tiene el deber de velar por la calidad del agua. Los análisis no dicen que la potabilidad esté comprometida. El máximo representante del Gobierno gallego, Ignacio López-Chaves, da una rueda de prensa para avisar de que el agua es de mala calidad, lo cual casi desata el pánico. No existe ningún protocolo, ninguna razón técnica, ni un solo documento de expertos que establezca que se debe alarmar a la población -«tranquila pero alerta»- sobre la calidad de un agua que es potable. Si no hay justificación técnica, debe de haberla política. Y el Concello es quien gestiona la traída del agua...

Tal vez toque pedir a actores como López-Chaves responsabilidad política. Pero será mejor dejarnos ya de tanto oxímoron.