Los comuneros de Vigo pactan la venta de la madera quemada para garantizar beneficios

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

Empresas gallegas y portuguesas compran el pino y Ence adquiere el eucalipto al mismo precio que si estuviera en buen estado

19 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No es buena época para vender madera. Los incendios son los responsables de la saturación que vive el mercado, fruto de la ansia que Administraciones, comuneros y particulares tienen por colocar su producto ennegrecido al mejor precio posible. Los vendedores son conscientes de que el sector maderero, siempre que ocurre esto, aprovecha la situación para devaluar los precios y hacerse con la mayor cantidad posible de lotes de madera al menor coste. Es por eso que los comuneros, que conocen como pocos el sector y los vaivenes que experimentan sus cotizaciones, ya se han puesto las pilas para garantizarse una ganancia mínima que al menos dignifique lo que queda de lo que un día sí fueron plantaciones de madera rentables.

Los comuneros de Vigo ya han movido ficha en forma de ventas en bloque. Las harán atendiendo a las especies que pertenecen, con la salvedad de que el eucalipto ya tiene comprador. Se trata de la firma Ence, que cuenta con una planta en Placeres, Pontevedra, para convertir esa madera en pasta de papel. «Ese producto no nos preocupa, el comprador es fijo y lo paga bien», explican en la Mancomunidad de Montes de Vigo. Aquí desvelan que Ence ya se ha comprometido a abonar la madera de eucalipto quemada la mismo precio que si estuviera en buen estado. Es decir, igual que si el fuego no hubiese hecho acto de presencia. «La verdad es que el daño que causaron los incendios en esa madera no influye en el producto que ellos hacen, por lo que es un detalle que la compren, ya que podían aprovecharse de la situación y bajar los precios», añaden en la mancomunidad.

Dos tipos de pino

El resto de la madera afectada que resulta obligatorio talar tras los incendios de octubre es pino, aunque su valor depende del tiempo que tenga. Los comuneros de Vigo cifran en 30.000 toneladas la cantidad de esta especie que creció en sus terrenos y que será vendida una vez que las llamas cumplieron con su labor destructiva. Los principales compradores de esta mercancía son gallegos y, en menor medida, portugueses. La madera más longeva, lo que implica que su calidad es mejor, será destinada a la fabricación de muebles y de tablas que en su mayoría también se destinarán a mobiliario.

La otra madera, mucho más joven y que tenía que haber seguido creciendo durante varios años en su medio natural, se destina a tableros de conglomerado, formados por madera triturada y prensada, y a pellets para alimentar el combustible, principalmente, de estufas. En la mancomunidad de montes reconocen que solo con vender toda la madera quemada que acumulan, y que todavía no se ha sido talada, se dan por satisfechos, ya que el colapso que ya vive mercado maderero en Galicia y Portugal por los incendios podría dejar a algunos afectados sin comprador y con la mercancía apilada y sin salida posible.