Un pedazo de la administración europea está en Vigo, aunque apenas se nota porque hace poco ruido. En García Barbón hay funcionarios comunitarios de 15 nacionalidades. Trabajan en la conocida como Agencia Europea de Pesca, aunque su nombre real sea mucho más revelador: European Fisheries Control Agency, es decir: Agencia Europea para el Control de las Pesquerías. Que es muy distinto.
Parece que en Vigo damos poco mérito a tener un ministerio europeo. Aunque la reciente y fracasada campaña para llevar a Barcelona la Agencia del Medicamento nos haya recordado su importancia. En España, sólo hay otros dos organismos comunitarios. En Alicante, está la Oficina de la Propiedad Intelectual de la UE. Y, en Bilbao, está la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
En 2018, la Agencia cumplirá diez años en Vigo. Llegó con 40 funcionarios comunitarios, que actualmente son ya 63. Y su misión es controlar la política pesquera común y la explotación de los caladeros europeos. Su presencia en la ciudad certifica la importancia de nuestro puerto en la pesca mundial. Pero esto despierta una incógnita: ¿Por qué puede haber en Vigo un ministerio europeo y no puede haber la sede de una consellería? ¿No sería lógico que estuviesen aquí las de Industria y de Pesca? En Alemania, la administración se reparte por los länder. El Bundesbank está en Fráncfort y el Tribunal Constitucional, en Karlsruhe. No todo está en Berlín. Hacerlo aquí sería más justo con Vigo. Si no se hace, es por una mera cuestión ideológica, no técnica.