Vigo tiene agua para 80 días, pero Xunta y Concello no consiguen pactar medidas

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

ana varela

Medio Ambiente exige datos sobre el ahorro y Caballero se niega a afectar a la industria

21 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Un solo tema a tratar (la sequía), dos interlocutores (Xunta y Concello) y sendas y enfrentadas interpretaciones de lo vivido en la reunión celebrada ayer en Santiago para abordar la situación que sufre Vigo a consecuencia de la falta de lluvia. La conclusión es que ambas partes siguen enquistadas en cómo afrontar el problema en la ciudad, que tiene reservas -a falta de contabilizar las precipitaciones anunciadas para esta semana- para unos 80 días. El primero en hablar al finalizar el encuentro fue el alcalde de Vigo, Abel Caballero, que se mostró «razonablemente esperanzado», entendiendo que el viernes, coincidiendo con la próxima reunión, la Consellería de Medio Ambiente autorizará la reducción del caudal ecológico en los embalses de Eiras y Zamáns.

Lo que parecía un principio de entendimiento, tras lo manifestado por Caballero, se torció a las pocas horas. Medio Ambiente hizo públicas declaraciones de la conselleira, Beatriz Mato, y una nota de prensa en la que este departamento se mostraba más cauto que el regidor y no avanzaba la posibilidad de que el viernes se pueda adoptar ninguna de las peticiones planteadas por el Concello, que pasan por la reducción del caudal ecológico y la construcción de azud para trasvasar agua del río Verdugo. Es más, Medio Ambiente asegura que el Concello de Vigo, y todos los del entorno, tendrán que justificar con documentación las medidas de ahorro realizadas hasta ahora para demostrar que ya rebajaron un 10 % el consumo.

A medida que avanzaba la tarde de ayer, la pelota, en forma de declaraciones, no tardó en volver a caer sobre el tejado del Concello. Algo que Caballero asumió con declaraciones muy rotundas. Tanto es así que, en manifestaciones a La Voz, aseguró que en el encuentro la Xunta dejó caer la necesidad de cesar actividad industrial para ahorrar agua. «En la reunión dicen una cosa y después se muestran ambiguos. Hablé con los otros alcaldes del entorno afectados y todos me constatan que han llegado al tope de su ahorro. Basta también con hablar con Citroën para saber que no puede ahorrar más agua. Incluso llegaron a decir que Vigo tendría que cerrar actividad económica, pero ya no lo repitieron cuando les contesté, no lo repitieron».

La tesis que manejan en el gobierno local es que el tira y afloja que mantiene la Xunta implica una pérdida de tiempo y de agua diario. En lo referido al azud para el trasvase del río Verdugo, aseguró Caballero, se propuso hacer un proyecto de menor envergadura con una tubería que no sea soterrada para empezar a dar servicio a la ciudad. «Proponemos una solución provisional, y dentro de un par de años hacer la definitiva. Pero lo importante ahora es meter un tubo desde el río Verdugo que llegue a nuestra conducción de la traída del agua, algo que me propuso el entonces conselleiro Agustín Hernández en el 2011», señaló el regidor.

Real decreto

Los argumentos utilizados por la Consellería de Medio Ambiente se basan en datos de ahorro que, añaden, los concellos con Vigo a la cabeza tienen que demostrar que se están aplicando: «Con eses datos na man será posible avaliar outro tipo de medidas como a redución do caudal ecolóxico», dijo Beatriz Maro antes de añadir: «Non é posible a redución do caudal ecolóxico mentres non se certifique a posta en marcha doutras medidas, tal e como contempla a lexislación de augas da comunidade autónoma e se reflicte no Real decreto 11/2016, do 8 de xaneiro polo que se aproba o Plan Hidrolóxico de Galicia Costa».

La conselleira incidió en que es necesario que «os concellos constaten as reducións en actividades de ocio ou usos industriais antes de tomar outras medidas como reducir o caudal ecolóxico xa que podería xerar problemas no ecosistema. Neste senso, hai que lembrar que a orde de usos prioritarios marca, en primeiro lugar, o abastecemento á poboación e, en segundo, os usos ambientais nos que se enmarca o caudal ecolóxico por enriba do consumo industrial». Fuentes de Medio Ambiento concluyeron asegurando que las medidas para ahorrar agua establecidas por el Concello de Vigo las conocen por la prensa, no por conducto oficial.