Vigo lleva en alerta por sequía trece meses y solo dos con cortes de agua

Javier Romero Doniz
JAVIER ROMERO VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La Xunta denuncia que no puede actuar en el término mientras el Concello no facilite los datos de consumo, y recuerda que el uso medioambiental prima frente al industrial

16 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vigo está en situación de prealerta por sequía de forma continuada desde el 9 de septiembre del 2016 sin que, hasta finales de agosto, se moviese ficha para aplicar medidas que permitiesen frenar el consumo de agua para hacer frente a un escenario más crítico, que no tardó en llegar para quedarse. Es más, las previsiones meteorológicas no auguran precipitaciones intensas y continuadas como mínimo hasta final de mes. La orden de alerta dada hace trece meses por la Xunta, y concretamente por la Consellería de Medio Ambiente, no fue suspendida entre diciembre del 2016 y agosto del presente año, tiempo en que la capacidad del principal embalse de Vigo (Eiras) estuvo siempre por encima de los tres cuartos, tal y como se puede comprobar en los datos que semanalmente difunde Augas de Galicia. Es más, de marzo a julio de este año la citada presa estuvo por encima del 90 %, una sombra de la estampa que presenta ahora, con un 41,64 %.

Más allá del contenido de los protocolos, que no siempre van de la mano de la realidad social del momento, el primero que actuó con medidas concretas en Vigo fue el Concello. Lo hizo a finales de agosto imponiendo las primeras restricciones cortando el agua en algunas fuentes o empezando a limitar los baldeos en varias zonas. Y todo ello en agosto, un mes en el que se hizo oficial que el 2017, ya entonces, era el año menos lluvioso en Vigo en lo que va de siglo. En septiembre las medidas fueron a más, y todo ello antes de que el 6 de octubre Medio Ambiente aumentase el nivel de alerta para empezar a aplicar medidas urgentes. Basta decir que el 10 % de reducción en el consumo que recomendó el martes Augas de Galicia para aplicar en diez días, hace varias semanas que ya entró en funcionamiento en la ciudad.

La Xunta asegura que las medidas que se deben tomar en Vigo no están del todo diseñadas por falta de información que tendría que haber facilitado el Concello y que Augas de Galicia requirió al menos en dos cartas a los responsables municipales. En la Consellería de Medio Ambiente reconocen que la petición de reducir el caudal ecológico de Eiras y Zamáns podría afectar gravemente al ecosistema, pero admiten que, llegado el momento y si la situación sigue empeorando, podría plantearse, aunque para eso necesita información del Ayuntamiento que sigue sin enviarse a la citada consellería. «É imprescindible dispor da información solicitada ao Concello de Vigo sobre as demandas de auga que está a abastecer para os diferentes usos, xa que Vigo conta cunha importante actividade industrial e por exemplo ese uso non é prioritario por riba do medioambiental», advierten en el Ejecutivo gallego ante futuribles escenarios más críticos.