Desde enero, 65 personas de la ciudad han encontrado casa, por las 53 a las que hubo que buscársela en los últimos cuatro años
11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Las estadísticas de macroeconomía dicen que la crisis que empezó en el 2008 ha pasado a mejor vida y que la recuperación económica hace ya al menos un año que llegó para quedarse. La realidad, a pie de calle, escupe otra verdad menos endulzada. Y es que los desahucios siguen a la orden del día, incluso en una ciudad industrial como Vigo. A 9 de octubre de este año ya se contabilizaban 407 solo en la ciudad. Basta con analizar los datos oficiales de realojos para constatar que Vigo abandera un ránking más que triste en la provincia. Desde enero son 65 los vigueses a los que se ha encontrado vivienda, una cifra que es superior a la suma de los realojos llevados a cabo en los últimos cuatro ejercicios juntos, que suman 53 casos.
Las estadísticas, aunque frías para tratar algo tan delicado como los desahucios, evidencian que el número de personas que se encontraron en esta situación, tanto este año como el anterior, se ha disparado. A los ya citados 65 casos del 2017 hay que sumar los 40 del 2016. Si esta cifra se compara con lo ocurrido en años anteriores, la diferencia es importante y evidencia que existe un problema latente en la ciudad: 6 casos en el 2015; 5 en el 2014; y 2 en el 2013, según datos oficiales del Gobierno gallego. Las situaciones de desahucio contabilizadas responden principalmente a impagos de la renta y ejecuciones hipotecarias. En el listado también figuran otros municipios del entorno de Vigo, aunque con una representación minoritaria. Por ejemplo, este mismo año hubo dos casos en Redondela y tres en Cangas; en el 2016 fueron dos en O Porriño, otros dos en Tomiño, uno en Ponteareas, otro en Moaña y tres en Cangas; en el 2015 hubo uno en Redondela, dos en Ponteareas, uno en Moaña y otro en A Cañiza.
Nuria Rus es una vecina de Vigo a la que la vida le hizo varias canalladas. La falta de dinero, la minusvalía del 65 % de uno de sus tres hijos, y otros problemas de difícil situación, la dejaron en la calle por la imposibilidad de afrontar el alquiler de su antigua vivienda. Ayer explicaba que tuvo que dejar su casa de Torrecedeira, y que la ayuda de la plataforma antidesahucios le posibilitó encontrar una nueva casa en Castrelos gracias a una ayuda de 200 euros con la que puede pagar parte de los 450 que implica el alquiler. Ella, sobre la situación que se vive en la ciudad, opina alto y claro: «En Vigo hay muchas casas vacías y el Concello no hace nada para cedérselas a la gente que no tiene nada. El resto son mentiras».