Un testigo admite ante el juez que había «regalos» a los policías de O Berbés

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El trabajador, que descargaba pescado, dice que en el sector se conocía esa práctica

10 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El juez de instrucción número 4 de Vigo, Juan Carlos Carballal, inició ayer los interrogatorios a los testigos en la investigación por los fraudes en las descargas ilegales de pescado en O Berbés, así como por los sobornos y pagos en especie a cuatro policías portuarios para que hiciesen la vista gorda con la variedad de producto descargado, su talla o por avisar de las inspecciones oficiales.

En la jornada de ayer hubo testimonios contradictorios, ya que un empleado habló del fraude como una práctica conocida por todos en los muelles pesqueros vigueses, mientras que otros dicen que jamás han presenciado tales irregularidades. No obstante, la sensación es positiva, porque ya han aparecido los primeros testimonios que confirman que la trama era notoria y pública para quienes frecuentaban el puerto.

Uno de los trabajadores de la descarga en los muelles vigueses que testificó vino a confirmar que el sector conocía las «prácticas habituales» de hacer regalos a los policías, en forma de cajas de pescados, o de inflar las facturas y registros. «Todos saben que se hace esto», vino a decir el testigo al juez, que considera que el empleado ratificó las acusaciones contra la trama.

En la sesión de ayer solo declararon dos personas y dieron distintas visiones de lo que ocurría en los muelles. El segundo testigo aseguró que no conocía ninguna de esas prácticas ilegales que investiga el juzgado y negó todos los hechos que se atribuye a la trama defraudadora. Mantuvo ante el juez que no había nada cierto, que él supiese o hubiese visto, de lo que se dice.

Declaraciones pospuestas

El magistrado tenía programado para hoy el interrogatorio de otros tres testigos, empleados de empresas que operan en los muelles del Berbés, pero tuvo que suspender la comparecencia para otra fecha. La investigación saltó a finales de octubre, cuando la Guardia Civil arrestó a cuatro policías portuarios y a dos personas vinculadas a la cooperativa de armadores Arvi. La mayoría prefirieron callar pero, ahora, un testigo confirma que las sospechas eran ciertas y que muchos lo sabían. Los detenidos que declararon lo habían negado todo o desvirtuado las pruebas contra ellos, como unas grabaciones de una cámara en una escena en la que un operador insinuaba un soborno.

El juez ve posibles delitos de cohecho, revelación de secretos y falsedad en documento oficial. Los investigados supuestamente expidieron actas de inspección de descargas de buques o camiones sin haberse realizado. El negocio ilícito consistía en que los compradores de pescado podían declarar especies de menor cuantía, que pagaban menos tasas que las que debían autoliquidar. Las irregularidades aparecieron en las descargas de la flota de atún y de grandes peces.