Investigan una paliza a dos jubilados de Matamá por huir de los incendios

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El matrimonio denuncia a dos sobrinos por romperles un brazo por «cobardes» al abandonar su casa ante la proximidad de los fuegos del 15 de octubre

09 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los incendios que asolaron los montes cercanos a Vigo el 15 de octubre llevaron a muchos ciudadanos a vivir situaciones dramáticas como la caravana de policías y vecinos desalojados que quedaron atrapados en un túnel de llamas en Chandebrito, tragedia en la que murieron dos ancianas que se extraviaron con una furgoneta. También trascendió la historia del perro Jacky que recogía animales carbonizados, los motoristas de Coia acusados falsamente en las redes sociales de ser pirómanos o los vecinos de Navia que montaron cadenas de cubos de agua contra las llamas.

Casi un mes después, ha salido a la luz la denuncia que dos jubilados de Matamá han interpuesto en la comisaría de Vigo. Acusan a dos sobrinos de vapulearlos para impedirles huir y obligarles a defender su casa del fuego que se aproximaba por los cercanos montes de O Freixo.

El incidente se remonta a las 21.00 horas del 15 de octubre, cuando se hizo evidente que las parroquias próximas a Chandebrito y Valadares corrían peligro por el rápido avance de las llamas propagadas por el viento del sur y que esa misma noche alcanzaron Coruxo, Navia, la avenida de Europa y el centro de Vigo.

En Matamá, un matrimonio de jubilados de 68 años quiso abandonar su vivienda, que comparten con un nieto de dos años, su hija y el yerno. En la planta de arriba viven los padres de sus sobrinos. Al verse inmersos en una densa humareda, sabían que no tenían escapatoria porque la vivienda está ubicada al final de un camino sin salida, en el fondo de una hondonada.

Si quedaban atrapados, sería su final, y el yerno decidió marcharse para poner a salvo a su hijo pequeño en una zona segura. Pero al salir todos a la calle, se toparon de bruces con dos sobrinos de los suegros que les recriminaron que abandonasen la casa familiar sin defenderla del fuego. Esa mañana ya habían tenido un encontronazo con ellos por un coche que bloqueaba el paso.

Según la denuncia presentada por los pensionistas, sus dos sobrinos increparon al yerno con agrias palabras: «Escapáis, cobardes, esto no va a quedar así, esto ya lo arreglaremos otro día». Tras irse el familiar con el nieto, volvieron los sobrinos y, sin mediar palabra, se liaron a empujones y puñetazos con los suegros. Un hermano y un cuñado corrieron a separarlos.

Tras la paliza, los jubilados telefonearon atemorizados a la policía para pedir socorro pero la centralita les comunicó que el 091 estaba «desbordada» por los incendios. Nadie fue. Cien agentes voluntarios estaban ocupados con todos los coches patrulla disponibles, formando pareja sin conocerse, para desalojar a los afectados por los fuegos de Nigrán.

El yerno volvió y evacuó a sus suegros a un hospital. Allí, los médicos detectaron que la jubilada tenía una fisura en la muñeca y le enyesaron el antebrazo roto. El marido padeció contusiones leves.

Dos días después, la pareja denunció a sus dos sobrinos en la comisaría y la investigación ya ha llegado a los juzgados de Vigo o, incluso, a la Fiscalía. Tres semanas después, la oficina común está pendiente de turnar el expediente a un juez en concreto, que posiblemente recaiga en el de instrucción número 8.

Los lesionados pidieron socorro el 15 de octubre pero la policía no fue al estar «desbordada»