El acusado del crimen de la ventana desapareció de un psiquiátrico en compañía de la víctima un mes antes

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El implicado montó un altercado en un hospital público y su esposa movió el papeleo para trasladarlo a una residencia privada, de donde se marcharon al poco

09 nov 2017 . Actualizado a las 12:09 h.

El acusado de tirar por la ventana a su esposa en A Doblada desapareció de una residencia psiquiátrica privada de Vigo acompañado de su víctima un mes antes del crimen, en octubre del 2015. Así lo relató la empleada de un centro de salud mental en la tercera jornada del juicio por jurado que se celebra en la Audiencia contra Alberto Javier Viéitez, de 64 años. La Fiscalía reconoce que el acusado de homicidio sufría una enfermedad mental que anuló su mente y voluntad.

Su paso por los psiquiátricos se remonta a septiembre del 2015. No tenía antecedentes. Acudió por un posible ataque psicótico. Primero pasó por un hospital público, donde tuvo un altercado con los sanitarios, y luego su esposa, que quería cuidarlo en casa, logró cambiarlo a un centro privado. La trabajadora de esta última residencia contó en el juicio que el paciente ingresó voluntariamente pero, como quedaba pendiente de pagar la estancia, la esposa propuso que él la acompañase al banco a firmar la orden. Una vez que se marcharon, no volvieron a verlos.

Los facultativos del hospital público donde el paciente estuvo ingresado días antes explicaron al jurado que, posiblemente, el hombre sufría delirios de persecución ya que, según él mismo decía, sospechaba que su esposa lo estaba envenenando por problemas económicos.

Durante su estancia en el hospital público, el enfermo se puso muy agitado en la cama, se arrancó el pijama y quedó desnudo mientras su esposa, que lo acompañaba, se ofreció a cuidarlo en casa. Los sanitarios y la psiquiatra de guardia se acercaron para reducirlo y sedarlo pero la mujer, de 71 años, le defendió a bastonazos, la mayoría dados al aire aunque uno golpeó a una doctora. Como era de constitución débil, fue fácil desalojarla.

Tras el incidente, la facultativa ordenó el ingreso involuntario del paciente pero como ese día terminaba su guardia no volvió a saber nada. Mientras, la familia del paciente movió el papeleo para trasladarlo a una residencia privada, de donde el enfermo desapareció con su esposa cuando salieron al banco a firmar la orden de pago. Una posibilidad es que les pareciese caro el coste de la estancia, ya que, según algunos testigos, discutían frecuentemente por temas económicos.

Dormía con cuchillos

Una psiquiatra de la sanidad pública cree que el acusado padecía delirios de daño o perjuicio pues decía que su mujer quería robarle su dinero, en referencia a 20.000 euros de una herencia, que la parecer quemó o rompió.

El paciente contó a la doctora que él dormía con cuchillos en la mesilla de noche por temor a que su esposa o el hijo de ella lo envenenasen o matasen para quedarse su dinero. Sospechaba de su comida porque notaba un sabor a almendras amargas. Pero al poco, la doctora vio que él había racionalizado la situación al comentar que la reciente anestesia por un implante dental podría haberle confundido el gusto.

En la sesión de ayer también declararon policías que inspeccionaron la casa y comprobaron que había indicios de lucha, pero sin huellas dactilares, en la ventana desencajada y forzada, y por cuyo hueco, de hasta 70 centímetros, cabía una persona. Por videoconferencia, la policía iba a mostrar el análisis de ADN del sexto dedo del hombre, que tenía restos biológicos de la víctima.