El cierre de negocios se eleva a seis desde el 2015 a pesar de la apuesta de dinamización

La Voz

VIGO CIUDAD

Oscar Vazquez

11 oct 2017 . Actualizado a las 13:55 h.

De forma gradual, pero imparable, el cierre de negocios que abrieron en la zona alta del Casco Vello se ha ido reduciendo hasta convertir en residual la actividad comercial. La galería café JT, A Tenda do Avó, panadería Trastrigo, A Horta de Abeleira o las galerías de Arte Vigo Remember y Conde Sueiro son los negocios que se han ido al tacho. Establecimientos que protagonizan el triste balance que ha despoblado el entorno de la calle Ferrería tras la iniciativa planteada hace cinco años que permitió, por parte del Consorcio Casco Vello de Vigo (CCVV), la rehabilitación de más de 70 inmuebles y el acceso a las mismas de unas cien familias que añoraban un barrio mejor. Hoy, el balance no invita al optimismo con solo dos negocios abiertos (una cafetería y una vinoteca) en la calle Abeleira Menéndez y la presencia de mujeres buscando con la mirada a sus próximos clientes.

Presencia policial

Los lamentos vecinales señalan también a la policía, que recibe una de cal y otra de arena. Los residentes consultados, incluido el colectivo Casco Vello, reconocen que la presión policial fue efectiva hace años, logrando atrincherar a la prostitución y a sus proxenetas en viviendas contadas. Pero esta situación ha sido efímera, ya que, como añaden los mismos vecinos, la presencia de agentes fue a menos, lo que permitió a estas mujeres ocupar cada vez más viviendas para ejercer su oficio, ya sea de forma voluntaria o forzada. Lo que sí se aplaude es la reducción de puntos de venta de droga gracias a la labor policial.