317 entradas en casas para embargar bienes este año

e. v. pita VIGO / LA VOZVIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Los funcionarios judiciales requisan a los morosos vigueses 50 coches al año para subastarlos

11 oct 2017 . Actualizado a las 22:06 h.

La escena de los oficiales de embargos llevándose todo lo de valor de la casa de un deudor arruinado parece sacada de una novela de Charles Dickens pero en Vigo todavía es una realidad. Prácticamente, hay un caso al día. Los funcionarios judiciales han realizado 331 entradas en lo que va de año en viviendas y locales de morosos de Vigo para buscar y requisar todos los objetos de valor como joyas, muebles, coches, motos, obras de arte o cuentas bancarias. Luego, el juzgado los saca a subasta para resarcir al acreedor que reclama las deudas.

De media, los funcionarios encuentran y embargan 50 coches al año aunque muchos no los ponen a la venta pública porque saben que no va a haber postores o porque el dueño decide pagar. Los vehículos quedan en manos de un depositario mientras tanto.

La cifra de embargos es mayor porque, por su parte, los tribunales actúan directamente cuando los bienes son fácilmente detectables en las bases de datos de Hacienda, caso de las nóminas de trabajadores o de las cuentas bancarias en las que el moroso es el titular. Pero cuando se carece de esa información y el juzgado no puede indagar por vía telemática, deben acudir los funcionarios en persona a la vivienda o el local comercial del deudor para buscar todo lo que sea de valor. A veces se sabe de antemano que el moroso tiene cuentas o pisos.

Por ejemplo, los empleados públicos excluyen los televisores porque consideran que estos aparatos no tendrán postores ya que se trata de bienes baratos ni tampoco interesan al acreedor como pago en especie. Lo mismo ocurre con el mobiliario porque es casi imposible colocar en una puja una mesa de comedor o un sofá. También descartan los coches de antigüedad mayor a 15 años porque son invendibles.

Los funcionarios buscan en las viviendas inspeccionadas objetos que se puedan convertir en dinero rápido, caso de las cuentas bancarias de las que no tenía conocimiento el juzgado o automóviles y motocicletas nuevas o en buen estado que se puedan vender fácilmente. A veces, el hecho de privar al deudor de su medio de transporte es una buena forma de presionarlo para que busque el dinero y se avenga a pagar. «La única finalidad del embargo es conseguir dinero para el acreedor», dice el secretario del servicio común de Notificaciones y Embargos, Fernando Varela.

Sin embargo, estas requisas casa por casa de los funcionarios tienden a descender cada año porque los jueces ya cuentan con un moderno sistema de rastreo por ordenador que localiza los bienes de los morosos y los embarga. El tribunal dicta directamente las órdenes de bloqueo por vía telemática de forma que el mandato llega al registro de la propiedad y este notifica el embargo del piso del deudor, por ejemplo. «Los embargos telemáticos han agilizado mucho estas operaciones», dice Varela.

Cuando un moroso tiene bienes que no son localizables por vía telemática, entran en acción los funcionarios judiciales, que acuden personalmente a la dirección de la empresa morosa o el domicilio del deudor. El servicio común de notificaciones tramitó 142 de estas requisas en el primer trimestre, 82 en el segundo y 93 en el tercero. En total, entraron 317 órdenes de embargo en lo que va de año y se ejecutaron 331 porque había casos atrasados del 2016. Pero esta cifra es un 24,1 % inferior a la del año pasado cuando entraron 418 mandatos y se ejecutaron 425. Ahora se embarga más por Internet.