Dennis Eckert, el gol como tarjeta de presentación

x. r. c. VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El jugador, que espera ser el primer delantero alemán en el Celta, destaca por sus debuts goleadores

07 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dennis Yerai Eckert Ayensa (Bonn, 1997) está un paso más cerca de convertirse en el primer delantero alemán que juega en el Celta. El atacante llegó el pasado verano a Vigo procedente del filial del Borussia Mönchengladbach y aunque no ha conseguido asentarse en el once del Celta B, conjunto al que ha sido asignado, el jueves debutó con un doblete en el primer equipo en el amistoso ante el Pachuca. Su progenitora, tudense de nacimiento, estaba en la grada para celebrarlo.

«Mi madre vino a verme y estaba en el estadio. Cuando llegué a casa ella no podía creer que había pasado eso. Yo tampoco», desveló horas después de dar un golpe en el mesa en su primera comparecencia. Por los hechos, Dennis parece un hombre de presentaciones. El día que Albés le dio la primera oportunidad con el B marcó cinco goles en media parte en un amistoso en el campo del Mondariz. Tres meses después repitió la historia con el primer equipo. «Yo cuando juego siempre quiero marcar. Mi fútbol es dar asistencias o marcar goles y el jueves me salió bastante bien. Estoy muy feliz». Su primer gol fue un remate de cabeza típico de nueve pero en el segundo demostró parte de su catálogo. «Era un contraataque, Dejan cogió la pelota, me la dio a mí, hice la conducción con el balón y el tiro acabó en gol», recuerda.

Eckert Ayensa se inició en el mundo del fútbol en el Colonia para a continuación pasar por el Alemannia Aachen Jugend, conjunto que le sirvió de trampolín para entrar en la base del Mönchengladbach en el 2013. Con el Borussia fue escalando peldaños hasta llegar al filial, después de un año triunfal en el juvenil A que incluía el paso por la UEFA Youth League, que le valió para ganarse un puesto en la selección alemana sub-19. Con el Mönchengladbach B disputó la Regionalliga West y al mismo tiempo alternó los entrenamientos con el equipo de la Bundesliga y uno de los más potentes del fútbol alemán.

El pasado verano el Celta decidió abordar una operación en donde todo estaba de cara. Dennis pasaba los veranos el Tui, en donde viven sus tías y conoce el idioma, posee la doble nacionalidad y quedaba libre tras acabar su contrato con el conjunto alemán. El entente terminó cerrándose por cuatro temporadas con la opción de incorporarse al primer equipo al tercer año.

Su llegada vino acompañada de un buen verano, con los goles al Mondariz y con participación habitual en las citas de preparación, pero la falta de tránsfer le impidió debutar en la primera jornada con el Celta B y ahí todo comenzó a complicarse. «Hice una buena pretemporada pero tuve un poco de mala suerte en el inicio de la temporada cuando no pude jugar por motivos burocráticos. Lo hicieron otros chicos y ellos están jugando muy bien y marcando goles. Cuando un equipo juega bien y gana nunca se hacen cambios, a mí me toca esperar y cuando me necesiten voy a estar ahí».

Trayectoria en el filial

Porque hasta la fecha el alemán participó en cinco de los siete partidos del filial y siempre saliendo desde el banquillo, en la recta final, para dar refresco a Dejan Drazic -que actúa de falso nueve- o a Agus Medina. Una situación que en absoluto perturba a un jugador espigado y fuerte (mide 181 centímetros) que tuvo en su infancia a Drogba y Fernando Torres como referentes. «Estoy contento en Vigo. La ciudad es buenísima y estoy feliz de haber venido al Celta», destacando el bien ambiente y lo que aprende cada día tanto entrenando con la plantilla de Unzué como con sus compañeros del B. «Me siento cómodo también cuando entreno con el primer equipo. Los chicos son muy buenos. Ellos ayudan a los jugadores jóvenes mucho. En los dos equipos estoy cómodo».

Además, piensa que después de conocer el fútbol español -«con más pelota y menos cuerpo»- se adapta mejor a sus características. Un aval para conseguir el objetivo que le trajo a la Galicia de sus antepasados: alcanzar la Primera División.

Mañana volverá al filial pletórico de confianza y con el aval de los goles, algo fundamental aunque se trate de un amistoso.