La vivienda sostenible se asienta en Vigo

Alba Moledo VIGO / LA VOZ

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Crecen las empresas y arquitectos que se decantan por construir con adobe, bambú o madera

01 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La bioconstrucción no es un concepto nuevo. En palabras del arquitecto de Bioconstruir, Xulio Fernández Pazó, «é o que facían os nosos avós hai décadas cando precisaban unha vivenda, un hórreo ou un pombal». Se trata de coger los materiales que ofrece la naturaleza y transformarlos en un espacio sostenible en comunión con la vida y el medio ambiente. Para hacer realidad estas edificaciones se utiliza, sobre todo, madera de tala controlada, piedra, aceites, barro, aislantes de celulosa o pintura natural, según cuenta Luis Méndez, arquitecto vigués que decidió apostar por esta fórmula al crear Biocasa, su empresa de bioconstrucción en Salvaterra do Miño. «Hacemos viviendas en madera desde cero sin usar herrajes metálicos», asegura.

Los profesionales del sector consultados reconocen que evitan ciertos materiales por considerar que tienen componentes tóxicos. Se trata de hormigón, barnices, pinturas plásticas o aislantes no naturales que, según Xulio Fernández, «fan que o corpo da xente se sature e acabe enfermando ou desenvolvendo algún tipo de alerxia». Por este motivo, entre otros, cada vez son más las personas que apuestan por hacer de su vivienda un espacio saludable. En la mayoría de los casos, añade Fernández, resulta también eficiente como aislante térmico y energético, debido precisamente a las propiedades de los materiales utilizados: «En Vigo, polo xeral, preocúpanos moito o nivel de humidade no interior das casas, xa que vivimos moi preto do mar. O emprego de barro natural e madeira reúne moi ben esas condicións hidrotérmicas desexadas».

En expansión

Desde la creación de su empresa, en el 2001, Xulio Fernández dice haber construido una veintena de casas de estas características solo en Vigo y su área metropolitana. Sostiene que es una tendencia que cotiza al alza y que está de moda. El arquitecto de Casabio Luis Méndez secunda a su colega al añadir que la demanda de estas construcciones ha crecido en los últimos años, por lo que ha aumentado su taller hasta los 4.000 metros cuadrados. En la actualidad construye dos biocasas en Cangas utilizando maquinaria de última generación, un indicio de que el sector se está modernizando. En cualquier caso, ambos arquitectos coinciden al tasar en 1.000 euros el metro cuadrado de cada inmueble, por lo que una vivienda estándar costaría entre 90.000 y 110.000 euros.

En el mismo contexto de la bioconstrucción afloran proyectos como Casadobe, de Mike Lehmhaus, un arquitecto alemán residente en Cangas que hace casas con paredes de adobe, como ha demostrado con su proyecto Casa Laranxeiro, en Ponteareas. «El ambiente dentro de una vivienda hecha de adobe y madera es fantástico. Cuando hice este proyecto decidí que quería trabajar exclusivamente con estos materiales», confiesa.

Isaac González, fundador de la firma Bambusa, en Nigrán, se ha especializado en el tratamiento de bambú de Colombia. Lo usa para construir casas o garajes porque es, dice, «un material natural, resistente y liviano» que considera «está al mismo nivel que el metal».

«As persoas están saturadas de produtos químicos»

Con más de 18 años de experiencia en el sector de la bioconstrucción, el arquitecto Xulio Fernández ha edificado una veintena de viviendas sostenibles en Vigo a través de su empresa, Bioconstruir. Asegura que «o primeiro que temos que facer cando queremos construír algo e ter en conta a finalidade», ya que de eso dependerá la ubicación, el tipo de energía a utilizar o los materiales. Según Fernández, «o ser humano é un organismo que produce calor e precisa unha construción que respecte esa bioloxía», por lo que se está produciendo un cambio de tendencia derivado del grado de saturación corporal de químicos y tóxicos presentes en el cuerpo humano y una mayor conciencia por la naturaleza.

«Nos basamos en la arquitectura de los animales»

El arquitecto guardés Mauro Lomba asegura que solo hay que fijarse en «la arquitectura que utilizan los animales para sus refugios» para entender la bioconstucción. Hace unos años que se interesa por esta disciplina y en el 2015 construyó su vivienda sostenible más representativa, la Casa Crisálida, ubicada en un bosque de pinos de A Guarda. Es una estructura asimétrica creada a partir de madera y sus derivados que ha respetado todos los árboles presentes en el terreno, adaptándose a ellos, y no al revés: «Está concebida como una cebolla con varias capas, la última está cubierta de arlita, un material fabricado a partir de la arcilla». Actualmente, Lomba se encuentra inmerso en la bioconstrucción de una casa enterrada en el bosque de Armenteira.