Galicia tiene un gran potencial en la explotación de minerales con alto valor tecnológico, aunque hay que poner en la balanza los daños medioambientales que provocan explotaciones como las que extraen las tierras raras, muy dispersas en el subsuelo y por tanto con un amplio impacto en el paisaje. También hay un enorme potencial en la minería del cuarzo y el silicio, con ejemplos muy relevantes como la mina de Serrabal, muy cerca de Santiago. En los últimos años se han concedido licencias para la prospección de tierras raras en Galicia, un grupo de 17 elementos cruciales para la tecnología informática y telefonía móvil.
Uno de los yacimientos que están en el punto de mira de distintas empresas es el monte del Galiñeiro, muy cerca de Vigo, donde se sabe que hay una gran concentración de estos óxidos metálicos denominados tierras raras. Un geólogo holandés, Peter Floor, ya descubrió en 1966 la riqueza geológica de este enclave, aún a día de hoy sin explotar. Uno de los metales más codiciados es el neodimio, que sirve para fabricar aerogeneradores o coches eléctricos o híbridos.