Continúa el baldeo de calles a pesar de seguir bajando el nivel de los embalses

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

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La lluvia de los últimos días no logra mejorar la situación de Eiras y Zamáns

26 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La lluvia de estos últimos días no solo no ha mejorado la situación de los embalses de Vigo, sino que, según el parte de ayer de Augas de Galicia, el nivel de agua ha descendido con relación a la semana pasada. El de Zamáns está solo al 56 % de su capacidad y el de Eiras al 60 %. El ritmo del descenso desde finales de mayo, de más de diez puntos por mes, hace temer un otoño complicado en caso de que se mantenga la misma evolución.

Sin embargo, los trabajadores del servicio de limpieza continúan baldeando las calles, trabajo que además se lleva a cabo con agua potable.

«He visto regar la plaza de la Estrella dos días seguidos después de llover», comentaba una vecina sorprendida. Le extrañaba que, por una parte se pida a los ciudadanos que sean responsables con el consumo de agua y por otra, se derroche.

Los propios trabajadores tienen que escuchar todo tipo de bromas e improperios al regar las calles mientras llueve, cuando lo único que hacen es desarrollar el trabajo indicado por la concesionaria para cumplir con el pliego de condiciones del Concello.

Una de las preguntas más habituales que les suelen hacer es por qué se riegan siempre las mismas calles mientras que otras nunca recibieron la visita de la manguera. En el caso concreto del Casco Vello, precisan que algunas zonas ya están cubiertas de verdín y, por el contrario, otros rincones huelen a orines.

En un intento de tranquilizar a los ciudadanos, el alcalde, Abel Caballero, informó el pasado jueves de que «Vigo tiene garantizada agua hasta el mes de enero». Indicó que «a pesar de la situación de sequía que vivimos en los últimos meses, la presa de Eiras, propiedad del Concello de Vigo, sigue abasteciendo a Cangas, Moaña, Mos y O Porriño, así como a zonas de Baiona y Nigrán».

Caballero avanzó a finales de agosto que se limitaría el baldeo de calles y que en lugar de hacerlo a su albedrío, se recomendaría un uso con criterio. También aseguró que como medida preventiva se cortaría el agua en algunas fuentes que no disponen de circuito cerrado.

No es la primera vez que Vigo se encuentra en una situación como la actual. A finales del 2007 el gobierno municipal se vio obligado a poner en marcha un plan de ahorro de agua. Decretó una reducción de las áreas de baldeo con camiones cisterna, bajó la frecuencia de regado y estableció lugares preferentes para este tipo de limpieza. En poco más de un mes desde la puesta en marcha de estas medidas se lograron ahorrar 852.000 litros diarios de agua, o lo que es igual, en torno a un 60 %.

Sin embargo, pese a que la iniciativa dio su fruto, la presa de Eiras se mantenía al 61 % y la de Zamáns al 64 %. Solo la llegada de las lluvias continuadas fueron capaces de solucionar la situación.

Pero cada vez resulta más difícil conseguirla a través de las condiciones meteorológicas debido a los extensos períodos de sequía. A esto se suma la escasa retención de la lluvia por las características del suelo. Es lo que pasó en el invierno del 2011. En diciembre de ese año Eiras y Zamáns apenas superaban el 60 %. En tales condiciones, Augas de Galicia solo garantizaba el suministro para poco más de dos meses. Este organismo autonómico, junto con otros competentes en la materia, decidirán en los próximos días si se adoptan medidas más drásticas que las que se pusieron en marcha por prealerta durante casi todo el año en algunas zonas. De ser así, las restricciones afectarían, sobre todo, a determinados usos que no son de primera necesidad.

La Federación de Vecinos apuesta por adoptar medidas de ahorro conjuntas en toda el área

La Federación de Asociaciones de Vecinos de Vigo apuesta por que las medidas de ahorro se adopten de forma conjunta por los municipios de toda el área. Su presidenta, María Pérez, cree que lo conveniente sería racionalizar el uso del agua durante todo el año y no solo cuando se ven las orejas al lobo. Está convencida de que el sistema de cobro del agua en Vigo no contribuye al ahorro al abonar el usuario una cantidad fija por un consumo, se haya utilizado o no. «Se da la casualidad de que en ese momento estamos recibiendo muchos recibos de usuarios que se quejan de un cobro abusivo», comenta Pérez. También sugiere que se sellen bien todas las tuberías para evitar escapes y que el Concello dé ejemplo para que los ciudadanos se lo crean.

Tanto la federación como los propios trabajadores coinciden en que la ciudad se puede mantener limpia sin necesidad de regar todos los días las mismas calles, máxime cuando se está haciendo con agua potable.

Los trabajadores de limpieza llegaron a proponer en su día regular el tema del baldeo en el convenio para evitar situaciones tan esperpénticas como tener que estar baldeando aunque caigan chuzos.

Sin embargo, el único motivo por el que han dejado de hacerlo es por el frío en pleno invierno. En este caso fue por fuerza mayor al peligrar su integridad física.

La sequía no solo acecha a Vigo, sino a toda Galicia en general. Es más, los embalses que abastecen a la ciudad estaban el 29 de mayo al cien por cien de su capacidad, cuando en otras zonas ya empezaban a tener problemas. Desde entonces el nivel ha ido descendiendo de forma paulatina, como indica que el 14 de agosto aún se encontraran al 81 % (Eiras) y al 72 % Zamáns.

Ha sido este mes de septiembre cuando la situación ha empezado a inquietar al persistir la sequía y no contar con unas previsiones muy halagüeñas.