«Me fui a Nueva York en un viaje privado, lo vi y pregunté si podríamos traerlo»

María Jesús Fuente Decimavilla
maría j. fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

El psiquiatra vigués Cipriano Jiménez fue el artífice del regreso del pergamino Vindel

23 sep 2017 . Actualizado a las 17:19 h.

La presencia del pergamino Vindel en Galicia tiene un artífice, el psiquiatra vigués Cipriano Jiménez. «Me fui a Nueva York en un viaje privado, lo vi y pregunté si podríamos traerlo», explica. En la asociación cultural Pertenza, de la que forma parte, ya habían pensado en potenciar símbolos que produjeran un efecto aglutinador, de consenso, que no fueran sospechosos de nada, como la figura de Martín Codax, por su trascendencia histórica.

Pero no fue llegar a América y besar el santo. Cinco o seis meses antes del viaje se puso en contacto con la Fundación Morgan para avisar de su interés por conocer el documento y preguntar si tenía que hacer alguna petición previa. Tras una serie de trámites, entre ellos un certificado de la Facultad de Periodismo de Santiago, finalmente obtuvo la acreditación para poder verlo el 23 de marzo del 2015.

«Me cachearon en el vestíbulo, me hicieron varias preguntas antes de entrar y me advirtieron que la sala estaría fría, como si fuera de operaciones. El objeto en sí no es que impresione, eran dos folios puestos en un atril, muy cascados por las vicisitudes, pero producen una emoción inmensa por la historia que hay detrás de él y por el hecho de ser su autor uno de los poetas medievales más importantes», explica el Jiménez.

Está convencido de que a veces se encadena la buena suerte. «La bibliotecaria, Molestina, era chilena, muy simpática y amable. Le pregunté si habría posibilidad de que el pergamino viajara a la patria de Martín Codax y me dijo que ella no me podía responder, que tenía que hablar con el responsable, míster Roger S. Wick, que no se encontraba en ese momento. Le dejé el correo electrónico», relata.

Lo que menos se podía imaginar es que ese mismo día por la tarde ya tenía un correo que le citaba con esa persona para el día siguiente. «En la reunión le expliqué los motivos por los que me gustaría que el Vindel viajara a la ciudad y le dije que Vigo está enfrente de Nueva York. Le hizo gracia y sin más dilaciones me dijo que sí podría venir». Cipriano Jiménez no se lo podía creer.

«Es como si me tocase la lotería. Después le pregunté cuánto costaría y me dijo que nada. Entonces pensé: ‘Me tocó el gordo’». La Morgan no cobra, pero pone una serie de condiciones de traslado, conservación, custodia... «Me dijo que la entidad que se encargase de la gestión no tenía que ser política», añade. De ahí que pensara en la Universidad de Vigo, que de inmediato se puso manos a la obra. A Cipriano Jiménez le gustaría que la figura de Martín Codax estuviera más representada en la ciudad, algo que está seguro sucedería en otra localidad europea. «Al llegar, el aeropuerto ya tenía que ser Martín Codax de Vigo», concluye.