La Xunta alega que el Concello tarda 150 días en tramitarla, de ahí que no se pueda agilizar como en otros municipios
22 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Un vecinos de Mos cobra la renta de integración social (risga) cuatro meses antes que otro de Vigo, según afirmó ayer el delegado de la Xunta en la zona, Ignacio López-Chaves. El motivo, dijo, es el tiempo que el Concello destina a la tramitación, en torno a 150 días, lo que hace que la solicitud llegue con retraso a la Xunta, que es la que concede la ayuda. «En otros concellos del área metropolitana tardan en hacer el expediente entre nueve y 25 días y, por tanto, pueden cobrar antes», indicó el delegado.
Vigo es el único de los catorce concellos del área que se ha quedado sin la ayuda de la Xunta para poder conseguir un contrato de trabajo a personas que perciben la risga. El motivo, según López-Chaves, ha sido burocrático al hacer la petición de forma incorrecta. «La Xunta advirtió de la irregularidad en la tramitación, había diferencias entre lo solicitado y el certificado que aportaba, que no era el que exigía la orden. Se le requirió por escrito, pero volvieron a enviar lo mismo», insistió López-Chaves. Razona que si el resto de concellos lo han hecho bien, no sería muy difícil.
En concreto, a la ciudad le correspondían ayudas para 40 contratos, aunque se solicitaron para 20. La cantidad que le correspondía aportar a la Xunta era de cerca de 190.000 euros, mientras que la administración local ponía 15.000. El Concello no respondió ayer a las palabras del delegado, pese a la petición de este diario.
Mordazas por la suspensión de un concierto contra la pobreza
Los acampados desde hace siete meses en la praza do Rei, frente al Concello, optaron ayer por taparse la boca en señal de protesta por no permitir la policía la realización de un concierto. La actuación de Ben Senmedo fue suspendida y los acampados retomaron sus protestas alegando que además de suspender el acto, también les habían quitado una tienda de campaña y el saco. Aducen que en la administración local siguen sin escuchar sus demandas para que se adopten medidas contra la pobreza. Sus propuestas pasan por la creación de un plan municipal de emergencia que incluiría un censo de personas sin techo, una gestión rápida para hallar soluciones a la situación de estas personas, mejoras en el albergue municipal y la compra o alquiler de viviendas municipales de emergencia, siguiendo iniciativas como en Ourense.