Una inyección vital para las granjas

Xoán Ramón Alvite Alvite
X. R. Alvite MAZARICOS / CORRESPONSAL

VIGO CIUDAD

ALVITE

Los cursos de inseminación artificial son necesarios en las granjas

22 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Antes de nada, aclarar que lo que se ve en las fotografías no es tan escatológico ni tan doloroso para el animal como pudiese parecer a primera vista. De hecho, es un acto tan habitual y natural que, a la larga, resulta incluso beneficioso para las propias vacas. Por supuesto, también lo es para el ganadero, dado que inseminar es una de las tareas más importantes que se llevan a cabo diariamente en una granja láctea.

No hay que olvidar que las vacas no dan leche hasta que paren por primera vez, ni que cuando más tiempo transcurre entre partos, más posibilidades tienen las reses de padecer distintas enfermedades y de reducir su producción.

Por ello, de hacerlo de forma correcta y efectiva depende, en la mayoría de los casos, la rentabilidad del negocio. De ahí viene el interés de los granjeros por que este trabajo se haga lo mejor posible y, lo que es tan importante, de formarse para ser autosuficientes y no tener que depender, a golpe de talonario, de profesionales externos.

Teoría y práctica

Esa era, al menos, la intención de la docena de alumnos que participaron en el primer curso de inseminación vacuna organizado por la asociación Ganaderos de Mazaricos, la mayor de ámbito municipal existente hasta el momento en Galicia.

Esta fue la primera vez que se celebraba un encuentro de este tipo en la localidad, que en Bergantiños son habituales. Fonteboa celebra uno cada año para sus alumnos y para profesionales.

«Facía tempo que tiña gañas de aprender e non quixen deixar pasar esta ocasión. A verdade é que as explicacións foron moi boas e o mellor de todo foi poder facer a práctica cos animais. Agora só queda seguir intentándoo na granxa», comenta Jaime Piñeiro, ganadero de Valadares (Outes). Esta opinión también la comparte María Grille, cotitular de una granja con más de 400 vacas lecheras en Alborés: «Xa nos dixeron que a técnica só se domina ben despois de practicar moito. Sabendo o importante que é para nós, teremos que aplicarnos», expresaba ella.

El curso se desarrolló de forma intensiva con una sesión matutina en la que se trataron aspectos relativos a la anatomía del aparato reproductor del animal -los alumnos dispusieron de úteros reales para abordar esta materia-, la detección del celo, la elección y tratamiento del semen o las dificultades que pueden aparecer en todo el proceso de la inseminación. Por tanto, conceptos todos ellos muy necesarios a la hora de desarrollar una tarea tan importante.

«As explicacións foron moi boas, agora xa depende un pouco máis da nosa habilidade»

Si en algo coincidieron los asistentes a esta actividad formativa fue en elogiar la calidad de los contenidos y la metodología con la que los veterinarios Mónica Barrio e Ismael Fernández les aclararon conceptos técnicos de los que no habían oído hablar en su vida. «As explicacións foron moi boas, agora xa depende un pouco máis da nosa habilidade e da práctica», apunta Jessica Caamaño, la benjamina del grupo y que este año se ha incorporado a la actividad agraria en la explotación familiar situada en Vilar de Castro.

Ya por la tarde, el alumnado pudo poner en práctica todo lo aprendido durante la mañana con vacas reales. Siempre siguiendo las indicaciones y la estricta supervisión de los profesores, intentaron realizar la inseminación de un conjunto de reses que al día siguiente iban a ser sacrificadas.

Asalariados

Se da la paradoja de que casi la mitad de los asistentes al curso no son ganaderos profesionales, sino que trabajan como asalariados en explotaciones de la zona y fueron sus propios jefes los que se hicieron cargo del coste de la matrícula -80 euros-, para que aprendiesen a inseminar. «Ao contrario do que se pode pensar dende fóra, a gandería é unha actividade na que sempre hai que estar formándose, porque non deixa de evolucionar. O de saber inseminar é unha cousa que, sen dúbida, pódeche axudar á hora de buscar traballo», reconocía David Martínez, operario de una explotación láctea en Colúns.