Alarma entre los vecinos del entorno del cine Vigo por temor a un incendio

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

Temen que los okupas de los dos inmuebles que ardieron casi al lado se trasladen de nuevo a la vieja sala

22 sep 2017 . Actualizado a las 13:32 h.

Llevan quince años preocupados, los mismos que hace que cerró sus puertas el cine Vigo y los mismos que llevan enviando escritos a la administración local para que garantice su seguridad. Ahora, tras el incendio registrado el pasado fin de semana en dos edificios situados a escasos metros, ha saltado la alarma entre los vecinos del entorno. «Si arde el cine y se viene todo abajo, puede ser terrible. Tememos incluso que pueda haber amianto, muy utilizado en aquella época», comenta Ana Iglesias, portavoz vecinal y residente en el número 15 de Placer, el edificio más afectado. No sería la primera vez que ardiera. Tras quedar abandonado a su suerte, en marzo del 2012 el inmueble fue pasto de las llamas. Entonces no hubo que lamentar víctimas, pero tuvieron que ser desalojadas 32 personas de ese 15 de Placer, del 22 de López de Neira y del 10 de Doctor Cadaval.

Tras el incendio acudieron al Concello ante el temor a que volvieran los okupas y ardiera de nuevo. «Entonces los responsables municipales nos dijeron que no nos preocupáramos porque iban a desescombrar y a tapiar las puertas, pero solo hicieron esto último», apunta Iglesias. Aún así, temen que los okupas se cuelen por un callejón o por cualquier otro sitio. «Estamos con el riesgo permanente de que haya un incendio», dice.

Ni en su casa ni en las de otros vecinos se enteraron del fuego del pasado fin de semana, pese a producirse casi al lado. «Puede arder un día esto y no enterarnos tampoco», se lamenta.

Los vecinos coinciden en que lo peor de todo son los olores que salen del interior, como consecuencia de la podredumbre. Desde que los bomberos acudieron a sofocar el fuego hace cinco años no se ha tocado el interior. Según los afectados, hay restos de comida, tuberías con el agua estancada, insectos y creen que hasta animales muertos, por el olor.

Tal es la situación que los residentes en las plantas bajas y primeros pisos no pueden abrir las ventanas debido al tufo que entra. Algunos han optado por abandonar la vivienda.

Por si esto fuera poco, con el cierre del cine no pueden acceder a sus patios de luces y, por tanto, limpiarlos. «Antes, cuando estaba abierto, lo aseaban ellos una vez al año y nosotros otra. Entrábamos por el cine», añade la portavoz.

El problema se extiende a las tuberías, compartidas por el cine y los inmuebles de López de Neira 22 y Placer 15. Con este último la sala comparte también la comunidad de vecinos. De hecho, para pasar la inspección técnica de edificios, se vieron obligados a cambiar un tramo de apenas dos metros de tubería que iba desde el bajo al cine. Tardaron tres meses en resolverlo tras notificárselo a los propietarios por burofax. «Si se rompe una tubería de agua tenemos que entrar en la sala, tanto los de Placer como los de López de Neira, y si esto sucede, no sabemos qué hacer», indica Iglesias.

«Estamos desesperados, vivimos en un basurero altamente peligroso, el edificio es una ratonera, solo podemos salir por la calle Placer, el ascensor es diminuto y los patios dan todos al cine. Queríamos hablar con los propietarios para decirles que lo limpien, pero no tenemos comunicación alguna. Estamos pensando la comunidad de propietarios en solicitar una orden judicial para poder entrar y ver lo que hay», explica Ana Iglesias. Solo en su edificio son 40 viviendas, pero calcula que los perjudicados pueden ser una docena de inmuebles.

«El miedo más grande que tenemos ahora es que entren okupas», dicen los afectados. Aún recuerdan cuando antes del incendio campaban a sus anchas al no haber ningún tipo de vigilancia y tener un hueco para entrar por Placer. Creen que la mayor parte de la propiedad sigue estando en manos de la familia Fraga, excepto una pequeña zona de la entrada principal, que corresponde a otra persona.

Lo que sí saben los afectados de Placer es que los propietarios tienen una deuda con la comunidad de vecinos de 4.200 euros y que no encuentran la forma de cobrarla. «Desde que cerró no pagan, nos hemos unido como deudores a otros más grandes», concluye la portavoz vecinal de esa calle visiblemente asustada por la situación.

El Concello está decidido a actuar de forma subsidiaria

Las gestiones, primero de los vecinos y después de la administradora de fincas que más recientemente se hizo cargo de la comunidad, parece que finalmente darán sus frutos. Tal como les había prometido en varias ocasiones, el Concello ha decidido actuar. «Antes del verano se comprometieron a ejecutar de forma subsidiaria la limpieza y el desescombro», comenta la administradora Maite Posada. El hecho de que el expediente se iniciara en el 2012, tras el incendio, hace que los vecinos se muestren aún escépticos. «Sanidad del Concello quiere entrar para comprobar cómo está la situación, si hay o no amianto y en caso afirmativo, retirarlo, pero no le dan permiso. Tendrá que hacerlo con orden judicial», comenta la portavoz vecinal Ana Iglesias. Efectivamente es lo que piensa hacer el Ayuntamiento si no recibe respuesta de la empresa. El coste de los trabajos se le reclamará posteriormente a los propietarios. Además de desescombrar y limpiar, el Concello tiene la intención de llevar a cabo trabajos para asegurar la estructura que ha podido quedar dañada tras el incendio de hace cinco años y retirar aquellos elementos que tengan peligro de derrumbe. También será retirado el material inflamable y todo aquello que pueda suponer un peligro para la salud pública. La obra se rematará con el tapiado de nuevo de los accesos. 

El gran centro deportivo de salud y ocio anunciado en el 2009 no fue adelante

El gran proyecto que acogería el antiguo cine Vigo consistente en un gran centro deportivo de salud y ocio se quedó en el camino. La iniciativa fue anunciada en enero del 2009 y su inauguración estaba prevista para el 2010. La idea era completar el proyecto con una plaza pública.

La inversión de la firma británica Holmes Place no era despreciable. En concreto, rondaba los ocho millones de euros y pasaría por la reforma del inmueble.

Las esperanzas de los vecinos se vieron truncadas cuando tras un largo período de negociaciones con el Concello, la empresa desistió de seguir adelante con el proyecto que pretendía convertirse en el mayor complejo deportivo de la ciudad. Por consiguiente, frustró la operación de compra del cine Vigo, que continuó como estaba en manos de la familia Fraga. 

EVOLUCIÓN

Inauguración

15 de noviembre de 1961

En esa fecha abrió sus puertas el cine Vigo. Para la inauguración se eligió la película 101 dálmatas de Walt Disney. El autor del edificio fue el arquitecto vigués Francisco Castro y tenía capacidad para 1.300 personas.

Propietarios

Casi 20 años

La empresa de Eugenio González de Haz fue la propietaria durante casi 20 años. En 1980 se traspasó a la empresa Fraga, propietaria de las salas más conocidas de la ciudad y a la que se supone, aún pertenece.

Cierre

En el 2002

Tras su progresivo deterioro, finalmente el cine de López de Neira cerró sus puertas de forma definitiva en el 2002. Con esta decisión se perdía una de las salas más simbólicas de la ciudad y también con mayor número de butacas. La aparición de la fórmula de minicines hizo mella en ella y en el resto de las que ofrecían características similares.

Compra fallida

En el 2009

La multinacional Holmes Place estuvo a punto de hacerse con el cine para crear un espacio de tres mil metros cuadrados de salud, ocio y belleza. La operación fracasó y desde entonces la sala ha quedado sumida en el abandono y solo ha pasado por calamidades.