El piso okupa de Teis ya está vacío y sellado

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La policía y los vecinos de Vigo aprovecharon que la puerta quedó abierta para ponerle cadenas

13 sep 2017 . Actualizado a las 13:25 h.

El piso de los okupas de la Travesía de Vigo ya está vacío y precintado sin esperar a la comisión judicial que tenía que cambiar la cerradura. La Policía Local de Vigo y los vecinos aprovecharon que la puerta quedó entreabierta al mediodía de ayer para colocar candados y precintar la vivienda. Por la tarde, operarios contratados por el Banco Santander, dueño del piso, instalaron una puerta blindada de acero para impedir más intrusiones. Justamente ayer, la sentencia de desahucio adquiría firmeza y el juzgado enviaba un mandato de ejecución a la oficina de embargos.

La marcha de los okupas está rodeada de misterio. Vecinos de la segunda planta oyeron un fuerte estallido a las siete de la mañana. Sonó como un petardazo y todo apuntaba a que procedía del piso ocupado, aunque nadie vio al autor de la explosión. La policía se presentó en los pasillos a indagar, según cuentan varios residentes.

A mediodía surgió otra novedad. Una vecina pasó junto a la puerta 42 y la encontró entreabierta, como si los okupas se hubiesen marchado precipitadamente. La junta de propietarios reaccionó rápido y telefoneó a la Policía Local de Vigo para que fuese a inspeccionar la vivienda.

Una vez dentro, corroboraron que no quedaba ningún ocupante ilegal. En el interior del dúplex hallaron ropa y otros enseres tirados por el suelo. También, una bombona de butano. «La gente tenía miedo de que pasase cualquier cosa», relata un vecino.

La policía llegó a la conclusión de que, para mayor seguridad de los vecinos, sería conveniente colocar un candado y bloquear el acceso al piso. Pronto se acercó un voluntario con un taladro y agujereó la pared para poner unas cadenas de acero entrecruzadas en la cerradura.

Una de las cuestiones que se abordó fue si los vecinos podían retirar las cosas del piso pero la policía y otros residentes lo desaconsejaron por tratarse de propiedades privadas. Para evitar más problemas, todos los enseres quedaron en el interior.

Por la tarde los responsables del Banco Santander enviaron a unos operarios para cambiar la puerta de madera por otra blindada de acero. La marcha de los okupas ha dado un respiro a los vecinos. «De momento, vamos a ver si no hacen otra por aquí», comenta uno. La junta de propietarios lleva un mes luchando legalmente contra los okupas.

Estos aseguraron la pasada semana que iban a marcharse cuando la sentencia de desalojo fuese firme. Algunos abandonaron el inmueble ese mismo fin de semana y los vecinos empezaron a sospechar que ya no quedaba nadie dentro. El último indicio de su presencia se produjo ayer por la mañana cuando se oyó la explosión.

Termina así una pesadilla que comenzó en octubre del 2016 cuando los intrusos ocuparon un dúplex del Banco Santander que había quedado vacío tras desahuciar a una mujer con tres hijos que no estaba al corriente de sus cuotas. Los okupas empezaron a atemorizar a los residentes de 96 pisos de los portales 203 y 205 de la Travesía de Vigo. Paseaban con sus perros de presa sueltos, rompían mobiliario, hacían ruido y, supuestamente, vendían drogas. La tensión estalló a principios de agosto cuando, supuestamente, tres okupas se abalanzaron sobre un vecino que les afeó su conducta, intentaron clavarle un cuchillo y le hicieron un rasguño en el hombro. Tras salir del juzgado y los días siguientes, el vecino y su esposa fueron acosados por varios okupas con destornilladores o navaja.