Santa Irene logra acomodo frente a la plaza de América

La Voz

VIGO CIUDAD

Archivo Pacheco

En 1946 era inaugurado el edificio de Antonio Cominges

06 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Más de cincuenta años después del fallecimiento de José Policarpo Sanz, el Concello de Vigo conseguía completar el mandato testamentaria del filántropo que había legado su fortuna a la ciudad. El 6 de septiembre de 1946, el ministro de Educación, José Ibáñez Martín, inauguraba el Instituto de Enseñanza Secundaria Santa Irene, construido a pie de la plaza de América. Se le dio esa denominación en homenaje a Irene Ceballos, la esposa de Policarpo Sanz.

La ciudad no tuvo instituto de enseñanza secundaria hasta 1927, cuando un decreto firmado por el rey Alfonso XIII, el 22 de junio, autorizaba su creación en Vigo. Más de cincuenta años antes, las principales ciudades gallegas ya tenían cubierta esta necesidad, mientras que los jóvenes vigueses tenían que desplazarse a Pontevedra para completar sus estudios.

El 9 de agosto de 1927, el pleno de la corporación aprobaba la aceptación del Real Decreto de creación del Instituto General y Teórico de Vigo. Días después, el alcalde Mauro Alonso firmaba un contrato de alquiler con los Hermanos Maristas para ubicar el instituto en la finca que esta comunidad tenía en la Areosa. En enero de 1932, tras la aplicación del decreto de expulsión de España de la Compañía de Jesús, el Concello solicita al Gobierno de la República que el instituto sea trasladado a las instalaciones que los jesuitas tenían en la finca de Bellavista, en la calle Sanjurjo Badía, hasta el comienzo de la guerra.

En agosto de 1935 fallecía Irene de Ceballos, viuda de Policarpo Sanz y usufructuaria de su fortuna. En el testamento del adinerado vigués de vocación se especificaba que una parte de su fortuna debería emplearse en la construcción de un edificio de enseñanza.

En 1941, la corporación presidida por Luis Suárez-Llanos decidía construir el instituto en una finca municipal en As Travesas, y destina un presupuesto de 2,6 millones de pesetas. El arquitecto Antonio Cominges se encarga de la redacción del proyecto, mientras que las obras serán ejecutadas por la empresa Pérez Conde.