Los vecinos de Coia se quejan de la escasa accesibilidad a 200 viviendas de hace 50 años

l.c.llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Los trabajos de humanización continuarán hasta noviembre

03 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Los vecinos de Coia se quejan de la poca accesibilidad a una zona de más de 200 viviendas situadas entre las calles Moaña y Bueu. Las obras de humanización que se están llevando a cabo en la calle Bueu y, que continuarán hasta noviembre, dificultan el acceso a las casas porque se han suprimido medio centenar de plazas de aparcamiento y ello obliga a los residentes a tener que estacionar en lugares más alejados de sus hogares. Los trabajos los ejecuta la empresa Misturas por 628.366 euros.

El tránsito, mientras duran las obras, resulta un incordio para muchos residentes que son mayores, ya que llegaron cuando se construyeron las viviendas hace cincuenta años.

El presidente de la asociación de vecinos Camiño Vello de Coia, José Manuel Costas, señala que en las humanizaciones que se están haciendo en el barrio solo arreglan parte de la acera «y dejan sin tocar la parte más pegada a los edificios arguyendo que es un espacio público privado». Así se observan diferentes texturas y pavimentos en el mismo tramo de calle. Tampoco se han renovado los bordillos de los parterres que son de hormigón. «Los jardines no los tocan», lamenta.

El presidente vecinal se hace eco de otra de las quejas de parte de la población, la de edad más avanzada y usuaria del autobús. Antes, las calles Marín y Vilagarcía eran de doble sentido y los vecinos podían subir y bajar del Vitrasa al lado de sus casas. Ahora, al tener de sentido único se tienen que desplazar hasta Castelao. En la mayoría de las personas esto no supone ningún problema, pero sí en los ancianos. Aurora Prado es una de estas personas. Tiene 83 años y vive en una de las 200 viviendas que se encuentran al fondo de la calle Bueu. Dice que las calles interiores para acceder a los bloques se encuentran en mal estado. «Esto es una abandono total. Los accesos están muy mal y los jardines llenos de maleza», afirma. Solamente la parte baja del conjunto, la de la calle Moaña, parece mejor acondicionada. En los edificios superiores los jardines están muy asilvestrados. Pero, además, hay piedras levantadas con el riesgo de caída y los edificios no disponen de ascensores, aunque tienen cuatro alturas. Luis Esteban, un pintor que vive en el tercer piso señala que «esto es una vergüenza». Aurora Prado afirma que en su día se plantearon hacer ascensores pero las opciones que hay no satisfacen a todos. Para construirlos por el interior del edificio habría que suprimir una de las habitaciones y los pisos de por sí ya no son muy grandes. Otra alternativa sería construirlos por fuera y hacerlos delante de la puerta, abriendo accesos por la fachada, pero esta idea tampoco convence a otros. El Concello prevé ayudas para instalarlos. Pero hay muchas reticencias. «Yo ya no estoy para hacer obras en mi casa», sentencia Aurora Prado.