Nuevos altercados en el juzgado de malos tratos por la falta de salas para separar acompañantes

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M. Moralejo

Fiscal y sindicatos piden medidas tras ver cómo una víctima de acoso abofeteaba a la amiga del detenido

01 sep 2017 . Actualizado a las 17:21 h.

Un fiscal de turno del juzgado de violencia sobre la mujer de Vigo mostró ayer su preocupación por la falta de salas independientes para separar a los acompañantes de las víctimas de malos tratos y los denunciados y evitar tanganas entre ellos. Una petición que comparte el portavoz del sindicato Alternativas na Xustiza-Cut, Pablo Valeiras, quien ayer mismo salió de su despacho al oír los gritos y corrió a separar a dos mujeres enzarzadas en una pelea.

Las riñas entre acompañantes son habituales en el juzgado de violencia de género pero la de ayer, a las 13.00 horas, fue tan tensa que terminó a golpes. Mientras esperaban en los pasillos a que la jueza llamase a declarar a la víctima, una amiga del detenido recriminó a la denunciante que hubiese acusado al exnovio, del que llevaba separado siete meses, por coacciones y acoso. Cuando la amiga mentó a su madre, la víctima de malos tratos la abofeteó. Se montó una tangana y varios funcionarios y amigas corrieron a separar a ambas contendientes, las dos veinteañeras, pues estaban muy alteradas y la ofendida quería devolver la bofetada. Se hizo un corro mientras se retaban y amenazaban a gritos. El escándalo llegó a oídos de la jueza sustituta de malos tratos, que estaba en el despacho.

Seis policías subieron a la cuarta plata del edificio judicial para poner orden. La agresora fue apartada a un banco del fondo del pasillo mientras que las amigas intentaban tranquilizar a la abofeteada que, muy nerviosa, dio puñetazos a la puerta del juzgado. Una hora después, el implicado salió libre y ella lo acompañó.

A todo esto se sumó que una abogada de oficio renunció a la defensa porque un detenido le había faltado al respeto y tuvo que reemplazarla otro letrado.

El episodio de ayer pone una vez más en evidencia el pésimo diseño del juzgado de violencia de género de Vigo ya que las familias y amistades de ambas partes siguen sentadas en el mismo pasillo y, en ocasiones, se cruzan acusaciones entre ellas e incluso pueden lanzarse insultos, reproches o llegar a las manos.

Un fiscal que estaba de turno en el juzgado ayer admitió que las oficinas tenían defectos de diseño porque no evitaban las riñas entre los acompañantes de la víctima y el supuesto maltratador.

Entre los funcionarios que corrieron a separar a las contendientes estaba Pablo Valeiras, portavoz de Alternativas na Xustiza-Cut. Al oír los gritos, salió de su despacho y llegó a tiempo para evitar nuevas agresiones.

Valeiras recordó las múltiples deficiencias del juzgado que siguen sin ser subsanadas como el hecho de evitar que el denunciado y la víctima o sus familiares. Recuerda que los trabajadores del tribunal de malos tratos de Vigo tienen que escuchar y apoyar psicológicamente a la víctima, localizar por teléfono a los familiares para que acompañen a la denunciante o incluso ellos mimos cuidan de los hijos de esta. No tienen ni agua para la víctima mientras espera varias horas.

Varios funcionarios se abalanzaron sobre dos mujeres para parar una riña y evitar más golpes