Viajar sin pagar alojamiento es posible

Pedro Navarro VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

La viguesa Ana Pazó es una de las cerca de cincuenta personas de la ciudad usuarias de Couchsurfing, la plataforma que permite dormir gratis en casas particulares

23 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Alójate con lugareños y conoce viajeros». Es el reclamo que aparece al entrar en la página principal de la plataforma Couchsurfing. «Es gratis», señala a continuación. En realidad dormir en casas particulares sin pagar un euro es posible desde el 2004, año en que se creó la plataforma, que no ha dejado de crecer.

En Vigo, ahora mismo son cerca de cincuenta las personas que ofrecen alojamiento a través de esta aplicación. «Acogiendo gente me siento bien, me aportan conocimientos y bienestar», explica Ana Pazó, una usuaria. Forma parte de lo que ya se conocen como couchsurfers.

Aunque el reclamo de un sitio en el que dormir gratis es, sin duda, lo que atrae a muchos, el objetivo de la plataforma va más allá. Se trata teóricamente de favorecer un intercambio cultural, de que los usuarios se conozcan y compartan conocimientos y experiencias. «Podría decirte que lo uso para viajar de una forma más barata, pero en realidad me encanta hablar y estar siempre rodeada de gente», asegura Ana.

Para beneficiarse de esta aplicación simplemente hay que registrarse y completar tu perfil público. Aunque no es obligatorio, también existe la posibilidad de verificarlo mediante pago y así obtener contenido exclusivo y mayores ventajas. La verificación es una de las garantías de seguridad que ofrece la plataforma, las otras son las referencias y los avales. Aunque estos últimos ya no se pueden obtener, siguen apareciendo en los perfiles de quienes los consiguieron hace tiempo.

Por lo general, para conseguir alojamiento los usuarios suelen pedir que tengas alguna recomendación. Estas son valoraciones y comentarios de otros usuarios que te hayan acogido, los hayas alojado o simplemente que te conozcan en persona. George Nestoras, que ha estado durmiendo en un colchón en casa de Ana Pazó, se bajó la aplicación hace un mes para alojar gente en su casa de Atenas y así conseguir referencias para que le acogiesen al viajar. Por ahora solo ha ofrecido alojamiento a una persona y se ha quedado en casa de otra, la de Ana. Su anfitriona, sin embargo, no le da demasiada importancia a las referencias. «Es como encontrar trabajo: has estudiado mucho, pero si nadie te contrata nunca ganas experiencia», explica. Para Ana ni las referencias ni la verificación son una garantía. «Me fío mucho de la gente, quizás porque nunca he tenido una mala experiencia», asegura. Lo que sí prefiere es acoger a gente con un perfil completo o que, por lo menos, le manden una petición personalizada. «Me fijé en los perfiles y le escribí a Ana porque vi que podía haber complicidad», explica su invitado. Parece que así ha sido, ahora les toca despedirse. George ha pasado un par de días en Vigo, pero continuará viajando, su próxima parada es Bérgamo, en Italia, donde espera que alguien le acoja. «Ha sido genial la primera experiencia», valora el griego. «Es una forma distinta de viajar: conoces mejor la cultura, te recomiendan sitios a los que ir y haces amigos», sentencia.

Una forma distinta de relacionarse y de hacer vida social en las ciudades visitadas

Hay couchsurfers vigueses que no piensan exactamente igual que Ana Pazó y buscan una forma barata de viajar. «Lo uso más que nada para ahorrar», confiesa Uxía Fernández, que ha utilizado la plataforma para descubrir diversos países. Aunque también reconoce que quedarse en casas de particulares que puedan asesorarla es un valor añadido, esto puede convertirse en un inconveniente. «A veces eres muy dependiente de la persona que te acoge, de lo que quiera hacer y de sus gustos», señala Eliane Van Branteghem. Para evitar esto asegura que lo mejor es quedarse en casa de «parejas o personas de una cierta edad».

Más allá de servir para buscar un sitio donde dormir, la aplicación también busca conectar a viajeros. Natalia Villa, otra couchsurfer viguesa, lo usó para esto la primera vez. «Me lo recomendó una amiga cuando me iba a mudar a Estados Unidos porque yo estaba muy preocupada por no conocer a nadie allí», cuenta. Sin embargo, en Vigo apenas se usa este servicio de la aplicación. «En las ciudades grandes es muy distinto, se hace mucha vida social entre couchsurfers», explica Eliane, que ha sigo anfitriona en Barcelona y diversas urbes de Australia.

Además, la plataforma no compromete a nada a los usuarios. Puede usarse solamente para buscar alojamiento, para ofrecerlo o simplemente para quedar con gente. Natalia, por ejemplo, la ha usado para todo. Sin embargo Agnieszka, una polaca que ha estado durmiendo en su casa, solo ha empleado Couchsurfing para encontrar alojamiento. «Estoy dispuesta a acoger a gente, pero por la ubicación de mi casa no obtengo muchas solicitudes», explica.