Hijos de la asesinada en López de Neira piden 25 años de cárcel para el acusado

e. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La familia de Divina Mendes reclama la pena máxima para el novio por ensañarse

09 ago 2017 . Actualizado a las 12:23 h.

Los dos hijos de Divina Mendes Pereira, la brasileña asesinada a golpes en su apartamento en la calle López de Neira en septiembre del 2015, han pedido que se condene a 25 años de cárcel al novio de la víctima y autor confeso del crimen, Diego Pedrido, vigués de 31 años. Esta misma semana, su abogada de oficio presentó en el juzgado de violencia sobre la mujer de Vigo su escrito de acusación en el que reclama la máxima pena posible.

A lo largo de la semana, la Fiscalía, la Xunta y el abogado del Estado entregarán sus propuestas de condena. Se trata de un trámite previo a la configuración del juzgado popular que leerá el veredicto de culpabilidad o inocencia del acusado cuando, dentro de unos meses, se celebre el juicio en la Audiencia, aún sin fecha. Es el segundo de los crímenes de violencia de género perpetrados en el trimestre negro del 2015 en Vigo, en el que, en apenas un mes, murieron tres mujeres a manos de sus parejas sentimentales.

Los familiares de la víctima, que residen en Brasil, han pedido la pena máxima posible para el implicado, porque le atribuyen un delito de asesinato agravado porque planeó el crimen de forma que su pareja no tuviese oportunidad de defenderse (alevosía) y porque usó una violencia desmedida con el afán de hacer daño (ensañamiento). Se basan en el último informe del forense que era una ampliación del inicial y en el que el médico reconoce que, a juzgar por las contusiones en el cadáver, la víctima fue atacada por sorpresa y que el agresor la hizo sufrir innecesariamente.

El escenario del crimen fue la propia cama de Divina Mendes, brasileña de 46 años que llevaba más de una década residiendo en Vigo y había alquilado un apartamento en la calle López de Neira. Allí la visitaba su novio vigués, un albañil veinteañero. Al parecer, ambos habían pasado la noche juntos y, a primera hora de la mañana, este la cogió desprevenida en el dormitorio y comenzó a estrangularla y golpearla. La víctima de violencia de género murió por una combinación de asfixia por estrangulamiento y por las patadas en la cabeza que le propinó el agresor. Una vecina asegura que oía golpes en la pared contigua como si alguien jugase al fútbol con un balón.

La policía siempre sospechó que el móvil del crimen podría haber sido los celos, ya que la pareja había pasado por una crisis y el joven sospechaba que ella mantenía relaciones con otros hombres. Al parecer, pudo haberse ofuscado por los celos al cruzarse en el portal con otro individuo con el que creía que ella había estado durante un rato que él había salido a hacer un recado.

Tras el crimen, el joven deambuló en su furgoneta del trabajo por la ciudad en dirección a Nigrán cuando tuvo un pinchazo y los propios agentes de tráfico le echaron una mano para retirar el vehículo. Tras reponerse, volvió a Vigo y se entregó en la comisaría, donde confesó su crimen: «He matado a mi novia». Dado que nadie tenía noticia de tal suceso, es posible que la Fiscalía le beneficie con una atenuante de confesión.

Los hijos de la víctima viven ahora en Brasil aunque siguen de primera mano todo lo referente al caso. «Lo único que quieren es que se imponga la máxima condena posible con arreglo a la ley», dicen fuentes próximas al caso. En su día, los familiares recordaron que Divina Mendes era una mujer «trabajadora y guerrera, llena de sueños».

También está pendiente el juicio a un vigués acusado de tirar por la ventana a su segunda mujer después de firmar la separación. La acusación admite que él tiene problemas psiquiátricos.