Barreras ya corta chapa para el crucero de lujo de Ritz-Carlton

Soledad Antón García
soledad antón VIGO / LA VOZ

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Responsables de la naviera visitaron ayer el astillero para comprobar cómo van los trabajos

09 ago 2017 . Actualizado a las 14:10 h.

Empiezan a correr los plazos. Agosto fue la fecha que Barreras se fijó para arrancar la construcción del crucero de lujo contratado con la división naval de la cadena Ritz-Carlton, y parece que se cumple el calendario. El astillero, que ayer recibió la visita de los máximos responsables de la compañía norteamericana para comprobar cómo van los trabajos, ya está cortando chapa. «El grueso del acero llegará a final de mes», afirman fuentes de la factoría de Beiramar, que señalan que se trata de acero español fabricando en Asturias.

Las mismas fuentes indican que eso no significa que estén esperando por la chapa para avanzar. «Tenemos suficiente para ir trabajando». En todo caso, para ver movimiento en la grada habrá que esperar hasta finales de septiembre -«quizás a principios de octubre»- que es cuando prevén iniciar el montaje de los primeros bloques.

El crucero, el primero de sus características que se construye en España, y también el más caro de tipo civil (está presupuestado en algo más de 240 millones de euros), tiene un plazo de ejecución de 30 meses, que empezaron a contar el 27 de junio, día que se escenificó la firma del contrato. Lo cierto es que el barco no solo supone el estreno de Barreras en el segmento del lujo, también es el desembarco de Ritz-Carlton en el mundo de los exclusivos hoteles flotantes. Porque eso es lo que pretenden que sea su flota de cruceros, según explicó el director general de la división naviera de la firma, Lars Clasen.

El de Barreras, que aspira a conseguirlos todos, será el primero de una serie de tres. El astillero confía en cerrar el segundo pedido antes de que remate el año, y el tercero en el 2018. El buque, mezcla de superyate y crucero para un público muy selecto, tendrá 190 metros de eslora con capacidad para albergar a 298 pasajeros en 149 suites. «Queremos darle al cliente la experiencia de viajar en su propio megayate», dijo el director de Ritz-Cartlon, Douglas Prothero, el día de la firma. Dispondrá de la mayor ratio de tripulantes por pasajero que existe hasta la fecha: un trabajador por cada 1,5 viajeros.

El crucero garantiza trabajo para 600 personas con picos de hasta 800, tanto en el astillero como en talleres auxiliares. Precisamente la potente industria auxiliar del naval vigués, unida al «buen equipo de gestión y a la experiencia de Barreras en buques de alto nivel técnico», fue una de las variables que tuvo en cuenta la cadena Ritz-Carlton a la hora de elegir la ría de Vigo para construir su primer buque de superlujo.