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Los viajes a la isla de Bueu ganan peso como alternativa ante la falta de plazas para las de Vigo
07 ago 2017 . Actualizado a las 12:51 h.La publicidad y el boca a boca han convertido a las islas Cíes en un destino obligado para los turistas que visitan el sur de la provincia. Sin embargo, son cada vez más los que, sobre todo en el mes de agosto, tienen que quedarse con las ganas por falta de plazas. «Estamos llenos hasta el día 20», confirman fuentes del Parque Nacional das Illas Atlánticas. El tope máximo de 2.200 visitas diarias, al que hay que añadir otras 800 de campistas, se queda corto para atender la elevada demanda de los meses de verano, especialmente en fines de semana y festivos.
Con el fin de ofrecer una alternativa a los viajeros que se quedaban sin billete, Mar de Ons, una de las navieras que realiza la travesía, puso en marcha hace tres años una ruta desde Vigo a otra de las islas del parque, Ons. Todo un acierto ya que, según aseguran desde la compañía, la demanda no para de crecer, hasta el punto de que no descartan en el futuro ampliar el número de viajes. Ahora realizan uno el sábado y otro el domingo, con salida de Vigo a las 11.15 y regreso desde Ons a las 19.15. También cubren la ruta los festivos con el mismo horaro.
Empezaron de una forma tímida, con una de sus embarcaciones de menor tamaño. Este año ya destinan un barco con capacidad para 250 pasajeros, que muchas veces se queda pequeño. «Mañana [por hoy] ya estamos completos», asegura un portavoz. En definitiva, el tirón que tienen las islas Cíes está alimentando a Ons, hasta el punto de que fuentes del Parque Natural das Illas Atlánticas señalan que los fines de semana están desembarcando en la isla de Bueu entre 1.500 y 1.800 personas. La ventaja que ofrece en relación con las Cíes es que no hay un tope máximo de visitantes. Hasta ahora no lo había necesitado, lo cual no significa que el equipo rector no termine por plantearse la asignación de un cupo.
El descubrimiento de Ons para muchos turistas que donde querían viajar en realidad era a las Cíes, está empezando a abrir el camino al resto de las islas del parque, Sálvora y Cortegada donde, según fuentes del citado parque, también está creciendo la demanda de forma sostenida.
El cámping de Cíes dispone de 800 plazas pero, salvo que se produzcan cancelaciones, no queda ni una libre hasta el 20 de agosto. Según explican fuentes del establecimiento, no hay un cliente tipo. «Tenemos familias enteras, grupos de amigos jóvenes y no tan jóvenes, parejas...», dicen.
Lo que sí han notado es que este año hay más extrajeros, sobre todo portugueses, pero también franceses e ingleses. «Y más italianos que nunca. La apertura de las rutas aéreas con Milán y Bolonia desde Peinador se está notando mucho», aseguran. Es tal el interés de muchos de los campistas por pernoctar en las islas que no les importa que el precio por noche de las tiendas de alquiler sea similiar al de un hotel de cuatro estrellas: 52 euros en una tienda sencilla y 79 en tienda doble. «Aquí las estrellas las pone la naturaleza», señalan. Los campistas buscan algo más que playas. Se interesan sobre todo por las rutas. Hay seis autoguiadas, además de algunas específicas, como la de las plantas o la de los niños.
Los hoteles rozan el lleno hasta el 17 de agosto con la llegada de O Marisquiño
«Hemos empezado bien el mes. La previsión es rozar el lleno hasta el día 17, salvo que el tiempo no acompañe». César Ballesteros, presidente de la federación de hosteleros de la provincia, Feprohos, reconoce que están iniciando la senda de la rentabilidad. Ha contribuido el mejor julio de los últimos años, con ocupaciones medias en torno al 75 %. «Va a ser un buen año, aunque aún estamos lejos de alcanzar los números que teníamos antes de la crisis. El invierno sigue siendo duro», afirma. El mejor momento del mes será el próximo fin de semana, el de de O Marisquiño. «Para esos días ya no quedan habitaciones», dice. Aunque lo mejor no es que se llenen los establecimientos, sino que es el único momento del año, junto con la feria Conxemar, en la que pueden aplicar las tarifas más altas. La habitación más barata en un hotel de tres estrellas para esa fecha no baja de 150 euros. Las buenas previsiones de ocupación se traducen en contrataciones temporales, con incrementos de plantillas superiores al 10 %.