Una app viguesa ayuda a reducir los desperdicios en las tiendas de alimentos

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Xoán Carlos Gil

El sistema probado en Barcelona permite hacer ofertas de productos antes del cierre

04 ago 2017 . Actualizado a las 17:11 h.

Jesús González y Sara Lagoa, dos jóvenes de Vigo y Cangas, respectivamente, se trasladaron a Barcelona por motivos de trabajo al terminar sus estudios en la Universidad. Sara se empleó en la industria alimentaria y fue entonces cuando comprobó la cantidad de comida que se tiraba. Ambos decidieron poner su granito de arena para evitarlo. Con ese objetivo crearon en la ciudad condal Tapper, una aplicación de móvil dirigida, sobre todo, a los pequeños comercios con productos de proximidad.

Ahora acaba de resultar seleccionada con otros seis proyectos emprendedores en la segunda edición de programa Vodafone Connecting for Good Galicia. En la práctica esto les permitirá poner en marcha la iniciativa en la comunidad autónoma para lo que tienen la idea de comenzar por Vigo.

Para desarrollar el trabajo contarán con un espacio de coworking en la Ciudad de la Cultura de Santiago, recibirán formación y tendrán a su disposición mentores que les asesorarán en todo aquello que necesiten. Además de recibir 2.000 euros, tendrán derecho a optar al premio final dotado con 25.000 euros.

El funcionamiento de la aplicación es de lo más sencillo. «Los establecimientos interesados se registran y crean un perfil, lo que les permite publicar diariamente sus productos excedentes horas antes del cierre. Es la llamada hora Tapper. Aunque la comida es apta para el consumo, normalmente termina desechada. Gracias a Tapper, puedes adquirirla a un precio rebajado, a la vez que ayudas a reducir los desperdicios alimentarios», explica Jesús González.

El cliente, por su parte, puede ver los productos a través de la aplicación, reservarlos sin pagar nada y acudir a comprarlos en treinta minutos más o menos. «Tenemos panaderías, fruterías y hasta una cervecería ecológica con fecha de caducidad corta, por lo que interesa despacharla pronto. Ahora son pequeños establecimientos, pero buscamos también restaurantes», indica.

Cualquier iniciativa que contribuya a combatir el despilfarro alimentario tiene cabida en este proyecto.

El servicio es gratuito de momento, tanto para el comercio que ofrece sus productos, como para los clientes, aunque no se descarta establecer una pequeña cuota en un futuro. «Más que nada, nuestra idea es que vaya adelante, no buscar la rentabilidad».

Sin duda, la experiencia de Barcelona es una buena base y les servirá de punto de partida para el proyecto gallego. De hecho, una vez puesta en marcha la aplicación en Cataluña decidieron regresar a Vigo, tras quedar al frente del proyecto Massimo Casalegno, un italiano que se había sumado posteriormente a su desarrollo.

Las expectativas no se ciñen solo a la aplicación. «Tenemos pensado poner en marcha en Vigo eventos de concienciación contra el desperdicio. En Barcelona se hace mucho. Desde nuestra asociación Comida, ahorro, conciencia, haremos fiestas de alimentos recuperados que no se pueden vender», apunta el creador de la iniciativa. La idea es contribuir a fomentar la cultura del desperdicio en Galicia, algo que les permitirá la reciente selección para el programa de emprendedores.

La formación adquirida en la Universidad les ha ayudado mucho en esta tarea. Jesús González estudió Administración y Dirección de Empresas (ADE) en Vigo y Sara Lagoa cursó Ciencia y Tecnología de los Alimentos en el campus de Ourense, en ambos casos pertenecientes a la Universidad de Vigo.

Tras su etapa de tres años en Barcelona, ella en principio para cursar un máster y él por motivos de trabajo, finalmente decidieron regresar a su tierra, convencidos de que podrían hacer mucho, además de poner la aplicación en marcha. Él tiene la intención de dedicarse de lleno al proyecto, motivo por el que dejó su empleo de Barcelona, mientras que Sara Lagoa seguirá con su trabajo, aunque, por supuesto, echando una mano.