28 jul 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Esta temporada se cumplen 30 años del tren de Sestao. Que es uno de los mejores recuerdos del celtismo, porque aquel ascenso tuvo todos los ingredientes para la épica. En aquella ocasión, el regreso a Primera se jugaba en una liguilla que se puso favorable a los celestes tras su victoria ante el Rayo Vallecano. Así que en la última jornada bastaba el empate con los vascos e incluso la derrota si el Castellón perdía ante el Coruña (en esa época, ningún medio de comunicación conocía al equipo herculino con el nombre de Deportivo).

El llamado Tren de la Esperanza salió de Vigo el 20 de junio de 1987 con una expedición de más de 1.400 celtistas, que sumaron luego más de dos mil en las gradas gracias a los desplazamientos en coche y autobús. Dirigía al Sestao Jabo Irureta. Y el empate a cero goles dio el ascenso al Celta, mientras que el Deportivo renunciaba a echarle una mano al Celta, alineaba a sus juveniles y perdía con el Castellón, sin duda para que nadie pudiese sospechar que había colaboración entre equipos gallegos.

El tren de Sestao volvió a Vigo para una fiesta enorme. Muchos recuerdan el ambientazo en las calles, cuando comenzaron a volver los aficionados, primero en tren y en coche. El autobús del Celta, ya desde A Cañiza, iba escoltado por vehículos de aficionados, tocando la bocina y agitando sus bufandas. Y el recibimiento fue apoteósico.

Pero aquello, no lo olvidemos, fue un ascenso. Por eso hay que valorar tanto cómo ahora disfrutamos con desplazamientos que son ya europeos. O escuchando en Balaídos el himno de la Europa League, como haremos el próximo jueves. Allí estaremos.