28 jul 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Galicia siempre ha sido una potencia mundial en cohetes, aunque desde el minifundismo. En lugar de poner una enorme nave en órbita, decidimos lanzar al espacio cada año toneladas de pequeños foguetes en las fiestas de las 3.778 parroquias del país. Con el dinero que llevamos gastado en bombas de palenque, hace años que habríamos llegado a la Luna. Mientras que Yuri Gagarín pudo haber sido Xurxo de Lalín.

Sin embargo, en la Universidad de Vigo están empeñados en llevarle la contraria al sentir del país. Y ponernos en órbita, pero de la ciencia y la tecnología. Tras el lanzamiento exitoso de tres satélites (el Xatcobeo, el Humsat y el Serpens), ahora preparan ya el Lume-1, un Cube-sat destinado a controlar desde el espacio los incendios forestales.

La numeración que sigue al nombre suena ya a programa espacial. Como si el Lume-1 emulase al Sputnik o al Lunik. En cualquier caso, supone un éxito y el triunfo de una ambición, que también se materializa en el Centro de Innovación Aeroespacial que promueve en Porto do Molle la Zona Franca.

El nuevo satélite nos pone en órbita. O, cuando menos, nos acomoda en un sector de vanguardia, con un gran crecimiento futuro, al igual que el de los UAV, los famosos drones, tanto en Rozas como en la ingeniería aeroespacial y aeronáutica que está en marcha en Ourense.

Galicia, pese a ciertos estereotipos, ha sido siempre un país moderno y pionero en muchos sectores. Aunque quizás se ha gastado más en bombas de palenque que en las necesidades reales. O en sus opciones de futuro. Un proyecto como el Lume-1 sí que es para ponerse a echar cohetes.