Investigación puntera en el mundo

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland VIGO / LA VOZ.

VIGO CIUDAD

Cientos de profesionales trabajan en más de 15 centros de referencia del área de Vigo

28 jul 2017 . Actualizado a las 19:22 h.

Vigo / La Voz. Vigo ha consolidado un tupido tejido dedicado a la investigación en el último medio siglo. El mar, que genera hoy el 10 por ciento del PIB gallego, es uno de los sectores punteros, con centros de prestigio internacional. Pero la ciudad y su área también destacan en automoción, tecnologías de la información o el sector farmacéutico, entre otros.

Un emblema es el Instituto de Investigaciones Marinas, centro del CSIC situado en Bouzas e institución de referencia estatal. Llamado en principio Laboratorio Costero de Vigo, tuvo su primera sede en el Colegio Alemán desde 1952. La ría de Vigo ya era por entonces el gran polo pesquero de España. Ya en el momento de su fundación la flota gallega faenaba en Terranova o en el Gran Sol, mientras que la acuicultura se concentraba en el sector del mejillón. La industria conservera mantenía su poderío y primacía incluso en Europa. En 1978, pasó a llamarse Instituto de Investigaciones Pesqueras de Vigo. Y, en 1986, adquirió su denominación definitiva como de Investigaciones Marinas, pues su ámbito de conocimiento abarca todo lo relacionado con el mar.

Fue en 1973 cuando se inauguró la actual sede en Bouzas, que ha vivido diversas reformas. De su importancia estratégica habla el hecho de que, durante la llamada crisis de las vacas locas, se situó aquí un laboratorio aislado de máxima seguridad para poder trabajar con priones. El IIM cuenta actualmente con una plantilla de unos doscientos trabajadores, entre contratos pre y post doctorales.

El Centro Oceanográfico de Vigo es más veterano, ya que fue fundado en 1917. Cuenta actualmente con 124 trabajadores, de los que 55 son investigadores y 61 de apoyo a la investigación, a los que hay que sumar los científicos en formación, que en 2016 eran 8 alumnos de universidades, 4 alumnos de doctorado del Campus del Mar, otros 5 de estancias de extranjeros y 4 alumnos en prácticas de FP-2. El centro dispone además de un mareógrafo situado en O Berbés, que fue instalado en 1943 y desde entonces proporciona informaciones de manera continuada.

Por su parte, el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) nació en el año 2001 como una fundación de interés gallego impulsada por la Xunta de Galicia y el Ministerio de Ciencia e Innovación. Su objetivo es «impulsar la cooperación entre instituciones, centros de investigación y sector marítimo-pesquero» al objeto de mejorar su eficiencia. Está situado en Bouzas, en un edificio muy próximo al Instituto de Investigaciones Marinas. El Cetmar tiene varias líneas de trabajo, desde la gestión de recursos marinos hasta la transferencia de tecnología.

Todavía en el ámbito de la investigación vinculada al mar, destaca el centro tecnológico Cecopesca, integrado en la patronal conservera Anfaco. Su misión es promover la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación en el campo de la conservación de los productos de la pesca y de la acuicultura en particular y de los productos alimenticios en general, así como la transferencia de resultados de investigación al tejido empresarial. Cecopesca acumula ya 65 años en Vigo y desde 1916, en su nueva sede en el campus de la Universidad, suma al nuevo Centro de Tecnologías Avanzadas de Investigación para la Industria Marina y Alimentaria, el Cytma. Cecopesca desarrolla cada año una media de 79 proyectos de I+D+i y entre sus principales logros están los 156 procedimientos analíticos acreditados por la agencia española de certificación.

También la Universidad de Vigo exhibe su músculo investigador en el área marina, a través de departamentos, laboratorios y facultades como la de Ciencias do Mar, una de las pocas de España de esta disciplina. Además, cuenta con una instalación singular: la Estación de Ciencias Mariñas de Toralla (ECIMAT), inaugurada el 19 de junio de 2006. Sus instalaciones permiten el trabajo con agua de mar y cultivos marinos, tanto a escala experimental como de planta piloto.

Pero el sector del mar no es el único en el que la ciencia está en Vigo al lado de la economía. Así sucede también con el Centro Tecnológico de Automoción de Galicia (CTAG), inaugurado en O Porriño en 2002. Sus más de 350 profesionales trabajan en proyectos punteros, como el del coche de conducción autónoma que ultiman para Citroën.

Otros centros de investigación están relacionados con las ingenierías universitarias. Así sucede con Gradiant, fundación sin ánimo de lucro creada en 2007 y nacida para la transferencia de conocimiento en tecnologías de la información en las comunicaciones (TIC) hacia las empresas. Caso similar es el de EnergyLab, también situada en el campus de Lagoas Marcosende, que tiene por objeto investigar en tecnologías que optimicen la eficiencia y la sostenibilidad energética. O AtlantTIC, otro centro de desarrollo de tecnologías de la información, en el que actualmente trabajan más de trescientos profesionales, en más de 40 proyectos, algunos de ellos con financiación europea.

También destaca Vigo en el ámbito químico y farmacéutico. La tradición ya viene desde la fundación en 1939 de Zeltia, heredera de los avances del Instituto Biomédico Miguel Servet. Actualmente, el grupo ha evolucionado hasta la multinacional Pharmamar, que con su antitumoral Yondelis opera hoy en Estados Unidos. De un origen común nació también Biofabri, que destaca por hitos como la fabricación de una vacuna contra la tuberculosis. En O Porriño está además situada otra multinacional farmacéutica: Lonza.

La investigación que se realiza en Vigo y su área se completa con la innovación en las empresas, y la que realizan clústeres destacados como el del granito, el del sector textil o el del naval, entre otros.