Santa Rita

Eduardo Rolland
Eduardo Rolland LA BUJÍA

VIGO CIUDAD

01 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre los crímenes del urbanismo en Vigo destaca el atentado de O Berbés perpetrado allí bajo la excusa de Abrir Vigo al Mar. También es fácil mentar la pérdida del edificio Rubira o la torre de Toralla. Pero pocas veces se habla de la barbaridad de Santa Rita. En esta plaza, que limita con Casablanca y San Roque, fue derribada un antigua iglesia para construir la cosa llamada San José Obrero, patrón de reminiscencias del antiguo régimen, creado por el franquismo para hacer propio el Primero de Mayo.

Uno ve la nueva iglesia y no puede olvidar la antigua. El proyecto del nuevo templo fue presentado en 1961, en una exposición en el Círculo Mercantil. La audacia de su arquitectura llamó la atención del público «por romper con lo hasta ahora acostumbrado en este género de construcción en la ciudad». Diseñada por Fernando Araújo Rodríguez, la iglesia de San José Obrero era descrita como «un armazón formado por arcos de hormigón de forma peraltada, entrelazados y que van disminuyendo en anchura a medida que se acercan al altar». En el frontal, se instaló una escultura en granito del artista Xoán Piñeiro. Para construirla fue demolida la capilla dedicada a San Honorato, popularmente conocida como de Santa Rita, porque era la santa aquí venerada, que tenía una multitudinaria procesión. Databa de principios del siglo XVIII.

Aquel era un templo bonito, en una plaza hermosa. La capilla tenía encanto, situada en una loma a la que se accedía por unas escaleras de piedra. Contaba con un cruceiro. Hoy Santa Rita es una plaza anodina, un monumento al hormigón y al asfalto. Uno de tantos crímenes de una época.