Sargadelos reactiva su vertiente como galería abriendo una sala dedicada a la fotografía

Begoña Rodríguez Sotelino
Begoña R. Sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

El fotógrafo vigués Carlos Puga es el comisario del espacio que arranca con una muestra de Luis Barreiro

23 may 2017 . Actualizado a las 09:55 h.

Hace muchos años (tantos como los 27 que hace que existe en Vigo) que la tienda galería Sargadelos (Urzaiz, 17) reserva un espacio para el arte. Pero a partir de este mes lo harán, si cabe, con más convencimiento. Porque además de ser uno de los espacios donde el Outono Fotográfico expande sus alas en Vigo con el comisariado de Rita Ibarretxe, a partir de este mes y hasta que llegue de nuevo la estación que releva al verano, tiene otro comisario específico que se ocupará de la programación durante el resto del año. El fotógrafo vigués Carlos Puga es el encargado de esta nueva misión que se complementará con conferencias, presentaciones de libros, mesas redondas y otras actividades que se consideren interesantes desde el punto de vista fotográfico.

Según cuenta, el proyecto surgió de una conversación casual de ambos con Jorge Lorenzo, que relevó a su padre, Amador, al frente del establecimiento que es mucho más que una tienda por la historia para la cultura gallega que tiene detrás. «Nos planteamos esos cuatro meses dedicados al Outono Fotográfico en Vigo y ampliarlo a la totalidad del año de forma que fuese una sala permanente de fotografía con una programación cerrada», recuerda.

La idea salió adelante y la semana pasada se inauguró la primera muestra. El fotógrafo Luis Barreiro (Meaño, Pontevedra, 1981), es el autor que estrena las paredes de la sala que se ha modificado para su nuevo cometido. El artista, que vive en Alemania, donde trabaja en el sector visual, presenta una serie de obras inéditas englobadas bajo el título Interior que, según explica el propio autor, refleja «estados que hablan de lo profundo del ser, del espacio, de la nada».

La programación para esta temporada ya está cerrada. Seguirá en julio una muestra de Carla Andrade y en septiembre, Santiago R. Gavín.

Puga añade que es necesario, tanto para la organización de la galería como para que el autor prepare su proyecto. Al ser una galería privada debe ocuparse él mismo de la producción. El comisario tiene su propia carrera como fotógrafo y manifiesta que esa es la forma en la que él suele trabajar. «Habrá proyectos específicos y otros que se adapten a la sala, como es el caso de la muestra actual de Luis Barreiro». Para Puga la adecuación al espacio es fundamental, pero el contenedor no le parece definitorio en el sentido de no despreciar exposiciones que se pueden hacer, por ejemplo, en cafeterías. «Lo que importa es que tu planteamiento sea serio. Si el entorno no funciona, es mejor no exponer. Ya llegará el momento, La prisa es mal camino», recomienda el comisario que, anuncia, no busca nombres en su labor de selección. «Busco proyectos coherentes», afirma. «Fotos buenas hoy en día las hace cualquiera. Funcionan dependiendo del contexto donde las pongas por eso no me gusta la espectacularidad ni la técnica, tiene que ir más allá, transmitir algo», resume.

Carlos Puga dejó hace 15 años la fotografía de prensa y con ella, la urgencia y las premuras. «Me gustaba mucho, pero llegó un momento de tal precariedad que no estaba dispuesto a aguantar. Fui yo quien me eché a un lado y me planteé otro camino». Pero no lo dejó del todo. De hecho sigue haciendo reportajes con plazos más amplios y con un punto de vista más personal. «Sigo haciendo fotodocumentalismo con un lenguaje más actual», indica, añadiendo que además de impartir talleres, lo combina con la edición de obra para otros profesionales creando una editorial y la empresa Copias de Autor.